El Gobierno de Bolivia descartó que la relación con Brasil se quiebre por la huida a ese país del senador opositor Roger Pinto sin el permiso legal boliviano, pero aún espera una explicación de Brasilia sobre cómo se produjo esa salida.
"Este caso no afecta las relaciones con Brasil. Las relaciones entre Bolivia y Brasil se mantienen en una situación de absoluta cordialidad y respeto", dijo la ministra boliviana de Comunicación, Amanda Dávila, en una rueda de prensa en el Palacio de Gobierno.
Por su parte, el presidente boliviano, Evo Morales, no ha tocado el tema aunque según fuentes oficiales está "obviamente sorprendido" con lo sucedido.
Pese a que consideran que las relaciones se mantienen sin problema, el Gobierno boliviano dijo que Brasil debe explicar cómo se produjo la salida del senador opositor del país ya que no tenía los permisos legales bolivianos para hacerlo y existen cuatro órdenes judiciales que se lo prohibían.
Según las autoridades de ese país, el senador debe responder ante la justicia en varios procesos por supuesta corrupción, en uno de los cuales ya ha sido condenado a un año de prisión.
Roger Pinto llegó a Brasilia en las últimas horas después de abandonar la embajada brasileña en La Paz, donde estuvo refugiado durante quince meses tras obtener asilo político de parte de Brasilia días después de su ingreso a la legación el 28 de mayo.
Fue el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado brasileño, Ricardo Ferraço, quien lo recibió y señaló que salió de Bolivia en un vehículo oficial brasileño y escoltado por soldados de esa misma nacionalidad.
Según esa versión, Pinto fue llevado por tierra hasta Corumbá, en el lado brasileño de la frontera, en un viaje que duró 22 horas.
En tanto, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil informó que investigará las "circunstancias" en las que Pinto salió de la embajada en La Paz y llegó al territorio brasileño.