El Gobierno de Bolivia transmitió este miércoles ante Francia una queja por el próximo lanzamiento de un videojuego de la empresa gala Ubisoft, ambientado en el país andino, que aparece como un Estado dominado por un cártel del narcotráfico.
Los ministros de Relaciones Exteriores de Bolivia, Fernando Huanacuni, y de Gobierno, Carlos Romero, se reunieron con ese propósito con el embajador de Francia en La Paz, Denys Wibaux.
En declaraciones a los medios, Romero explicó que se entregó una carta al embajador dirigida a la empresa privada con el reclamo por ese juego, que alude a la geografía y los símbolos de Bolivia.
Romero añadió que el Gobierno se reserva "el derecho de hacer uso de acciones legales", aunque inicialmente ha preferido "agotar la vía de la mediación diplomática".
El ministro agregó que "sería muy paradójico" que una empresa francesa cuestione la política nacional contra las drogas siendo que "con tecnología francesa precisamente estamos combatiendo el narcotráfico".
La referencia corresponde a los helicópteros Súper Puma comprados a ese país que usa Bolivia y el proyecto de radarización del espacio aéreo, también con tecnología gala.
Además, dijo que "los logros y resultados (de Bolivia) en materia de lucha contra el narcotráfico están reconocidos en la comunidad internacional" por Naciones Unidas y la Unión Europea, entre otros organismos.
Romero aseguró que el Gobierno recibió "con beneplácito" la predisposición del embajador Wibaux "para que no se haga un daño injusto a la imagen de nuestro país".
El videojuego, que sale a la venta este mes en varias plataformas, se llama Ghost Recon Wildlands, está explícitamente ambientado en Bolivia y permite a los jugadores encarnar un escuadrón estadounidense que lucha contra el narcotráfico en un país supuestamente dominado por un cártel de la droga.
El reclamo se produce en medio de una polémica entre el Gobierno y la oposición por la decisión del presidente Evo Morales de que se incrementen los cultivos legales de la hoja de coca con el argumento de que los excedentes se industrializarán y exportarán.
La oposición ha criticado a Morales que más cocales en Bolivia pueden ser desviados a una mayor producción de cocaína.
En la Constitución de Bolivia, la coca tiene el rango de patrimonio por factores culturales y la masticación de la hoja o "acullicu" que practican algunos sectores sociales, pero parte de la producción mezclada con químicos se transforma en la droga.
A Morales también se le critica el hecho de que, pese a su condición de presidente, siga siendo máximo dirigente de los sindicatos de productores de coca de la zona del Chapare (centro).