Brasil, una de las tres naciones en números absolutos más golpeada por la pandemia de coronavirus, cumple este sábado dos años de pandemia, una fecha que coincide con un Carnaval ausente esta vez de las calles y con un país polarizado a pocos meses de las elecciones.
Con más 28,6 millones de casos confirmados y casi 650.000 muertes asociadas al Covid-19 desde que en febrero de 2020 fue diagnosticado con coronavirus el primer paciente en Sao Paulo, Brasil enfrenta la pandemia en medio de una tensa disputa política que se valió de la crisis sanitaria.
De un lado, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, uno de los líderes mundiales más escépticos frente la gravedad de la pandemia, férreo opositor del aislamiento social con el argumento de las consecuencias económicas, crítico de las vacunas y que casi nunca usó mascarilla de protección.
Del otro, una oposición liderada por la izquierda que intentó enjuiciar al mandatario en el Senado por diferentes motivos en su gestión de la pandemia, pero dejó de lado las administraciones regionales que, según investigaciones, desviaron recursos en estados y municipios para enfrentar la crisis.
Ese escenario será puesto en los debates que se avecinan de cara a las elecciones generales de octubre, en las que Bolsonaro buscará reelegirse para un segundo mandato y deberá enfrentar al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que recuperó sus derechos políticos y parte como favorito.
VACUNACIÓN
Esa disputa, con la pandemia en medio del fuego cruzado entre la ultraderecha de Bolsonaro, la izquierda opositora y una centroderecha acomodada, contrasta con el avance que el país tienen en la vacunación, a pesar de las críticas del jefe de Estado a los inmunizantes.
Bolsonaro, incluso, abanderó la defensa del uso de la hidroxicloroquina, un remedio para combatir el paludismo y la malaria, pero que nunca tuvo confirmación de eficacia contra la covid.
Desde el 17 de enero de 2021, cuando se inició la vacunación en Sao Paulo, en el país de 213 millones de habitantes se han aplicado 371 millones de dosis, con 144,4 millones (más del 70 % de la población) con el ciclo completo de inmunización.
El país produce las versiones locales de las vacunas CoronaVac, de la china Sinovac, y la de la anglo-sueca AstraZeneca junto a la universidad británica de Oxford, además importa la belga Jansen, producida por la multinacional Johnson & Jonhson, y la estadounidense-alemana Pfizer-BioNTech.
El laboratorio estatal Fiocruz, además, está produciendo los insumos con materia prima brasileña para la AstraZeneca y el Instituto Butantan, adscrito al Gobierno del estado de Sao Paulo y que produce la CoronaVac tiene adelantado los estudios para presentar este año la ButanVac, la primera vacuna nacional.
CARNAVAL
Los dos años de pandemia llegaron en las fechas que se celebraría el Carnaval de este año, la mayor fiesta popular del país y que reúne millones de personas en las calles y sambódromos de diferentes ciudades.
La cancelación a cuenta gotas del Carnaval, debido a la propagación de la variante ómicron en todo el país, llevó a que este sábado las celebraciones estuvieran casi que limitadas al sonido de las casas por las ventanas y a altoparlantes con música carnavalera, pero sin público concentrado.
El festejo debería haber comenzado la noche del viernes, con foco en los desfiles de las escuelas que se presentarían en los sambódromos de Sao Paulo y Río de Janeiro.
Este sábado ocurriría también el famoso desfile del "Galo da Madrugada" de Recife, que ya fue Guinnes Récord de público con dos millones de personas en las calles de la capital de Pernambuco, y disputa ese rótulo de "mayor carnaval callejero" con el de Salvador, en el estado de Bahía.
Justo en Salvador, el polifacético músico Carlinhos Brown encabeza un espectáculo "híbrido" este domingo en el Centro Histórico de la ciudad, donde con artistas se tomará ventanas y balcones durante media hora porque "el público no puede quedarse sin música", como dijo esta semana a Efe.