Las autoridades brasileñas confirmaron que tienen "serias sospechas" que los 18 asesinatos registrados este viernes en las ciudades de Baruerí y Osasco fueron obra de policías, según fuentes de la investigación citadas por medios locales.
Los asesinatos ocurrieron en cuestión de unas tres horas en diez puntos de las vecinas Osasco y Baruerí, en la zona metropolitana de Sao Paulo, y en un perímetro de unos cuatro kilómetros, lo que ha reforzado la tesis de que en todos los casos los autores fueron los mismos.
Los diarios Folha de Sao Paulo y O Estado de Sao Paulo citan testimonios de fuentes que investigan el caso, que han dicho que la posibilidad de una "venganza" de policías por los asesinatos de dos agentes esta semana en la misma zona constituye la "principal línea de pesquisa".
Los ataques del viernes fueron en bares, restaurantes y hasta en la propia calle y, además de los 18 muertos, dejaron al menos siete heridos.
Uno de los factores que refuerza las sospechas sobre la posible participación de agentes en la matanza es que en los lugares en que ocurrieron los hechos fueron hallados casquillos de municiones de uso reservado para las policías y las Fuerzas Armadas.
Todas las víctimas fueron hombres, de entre 16 y 49 años, y seis de ellos tenían antecedentes penales por robo, tráfico de drogas o intento de homicidio.
Hasta ahora, los responsables de la investigación solamente han anticipado que han sido identificados dos automóviles y una moto usados por los asesinos, sobre cuyos propietarios no se informó.
Tampoco se ha establecido aún el número de personas que participó en los ataques, pero según algunos vídeos de cámaras de seguridad de los locales en los que ocurrieron los asesinatos eran por lo menos cinco pistoleros.