Cerca de 130 mil brasileños hartos de la corrupción protestaron en todo el país

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Autor: Cooperativa.cl

Exigen la retirada de un polémico proyecto de ley contra la corrupción, que aún debe ser aprobado por el Senado.

Las manifestaciones, convocadas por diferentes movimientos sociales, tuvieron lugar en unas 200 ciudades repartidas por todo Brasil.

Cerca de 130 mil brasileños hartos de la corrupción protestaron en todo el país
 EFE

En la capital del país, Brasilia, unos 5 mil manifestantes hicieron caso omiso de la lluvia y se concentraron en la Explanada de los Ministerios, frente al Congreso.

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Hartos del goteo de escándalos de corrupción que azota al país desde hace meses, cientos de miles de brasileños protestaron este domingo en las principales ciudades del país para exigir medidas que pongan fin a esta situación y para defender las investigaciones en curso, que consideran está siendo amenazadas por el Gobierno.

El detonante de esta nueva jornada de protestas fue un polémico proyecto de ley contra la corrupción, que aún debe de ser aprobado por el Senado, y las recientes detenciones de algunos primeros espadas de la política del gigante suramericano, como los dos últimos gobernadores del estado de Río de Janeiro.

Ante tal panorama, este domingo 131 mil brasileños, según datos de los organizadores citados por el portal G1, decidieron dejar a un lado las diferencias ideológicas y se unieron con un objetivo común: exigir la retirada del proyecto de ley y defender la independencia de las instituciones que combaten la corrupción.

Convocadas por diferentes movimientos sociales, las protestas tuvieron lugar en unas 200 ciudades repartidas por todo el país, entre las que se encontraban la mayoría de las capitales regionales.

La mayor concentración tuvo lugar en la emblemática playa de Copacabana, en Río de Janeiro, donde varios miles de cariocas lograron cortar el tráfico en la Avenida Atlántica para hacer oír sus demandas.

Una marea de personas vestidas con los colores verde y amarillo de la bandera brasileña exigía un cambio en la situación política del país y mostraba mensajes tales como "lucha contra la corrupción" y "castigar a jueces y fiscales, diga no", en referencia a uno de los puntos más polémicos incluidos en el proyecto de Ley que ya fue aprobado por la Cámara de los Diputados.

Ahí también se pudieron escuchar numerosas consignas contra dos de sus ex gobernadores, Sergio Cabral (2007-2014), acusado de ser el líder de una trama de corrupción que cobraba comisiones por la asignación de obras públicas, y Anthony Garotinho (1999-2002), sospecho de cometer fraude electoral, ambos detenidos en noviembre.

En la emblemática playa de Copacabana, en Río de Janeiro, se registró la mayor concentración de gente, donde gritaron consginas contra sus dos últimos gobernadores, involucrados en corrupción. (Foto:EFE)

"El pueblo contra la corrupción"

En la capital del país, Brasilia, unos 5 mil manifestantes, según cálculos de la Policía Militar, hicieron caso omiso de la lluvia y se concentraron en la Explanada de los Ministerios, frente al Congreso, portando carteles con mensajes tan contundentes como "el pueblo contra la corrupción" o "el poder emana del pueblo".

Los brasilienses también quisieron mostrar su apoyo al juez federal Sergio Moro, unos de los principales responsables de la investigación del escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, conocida popularmente como 'Lava-Jato (lavado a chorro) porque la investigación se inició con el allanamiento de diversas gasolineras que eran usadas como tapaderas para el lavado de dinero.

La última de las protestas en comenzar fue la que tuvo lugar en Sao Paulo, donde ya entrada la tarde varios miles de manifestantes se dieron cita en el corazón financiero de la ciudad, la Avenida Paulista.

Mientras que algunos paulistas llevaron al acto al popular 'Pixuleco', un inmenso muñeco inflable que representa al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva vestido de presidiario, otros reclamaban una "intervención militar" en el país desde un camión que se mantenía un tanto apartado del grueso de la manifestación.

En Sao Paulo se pudo asistir también a la presentación en sociedad de un nuevo muñeco inflable, el del presidente del Senado Renán Calheiros, quien el pasado jueves se convirtió en reo de la Justicia cuando la Corte Suprema aceptó una serie de denuncias contra él por supuesta corrupción.

Calheiros está acusado por la Fiscalía de haberse valido de su influencia para favorecer a la constructora Mendes Júnior, la cual se sospecha que se hacía cargo de pagar la pensión de una hija que tuvo fuera del matrimonio.

Protestas similares, todas ellas pacíficas, se reprodujeron en otras capitales de estado como Belo Horizonte (Minas Gerais), Recife (Pernambuco) y Belem (Pará).

El polémico proyecto de ley contra la corrupción

El texto base del paquete de medidas contra la corrupción fue aprobado prácticamente por unanimidad por los diputados, con una mayoría de 450 votos contra uno, e incluye una reforma que propone castigar con cárcel a fiscales y jueces que actúen por "causas político-partidarias".

Este punto es visto como una amenaza velada a los fiscales que investigan los distintos casos de corrupción que salpican a la práctica totalidad de los partidos del arco político brasileño, en especial, a los responsables de indagar el gigantesco escándalo de corrupción que envuelve a la estatal Petrobras.

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