El ministro de Deporte de Brasil, Orlando Silva, se convirtió en el quinto secretario de Estado de la presidenta Dilma Rousseff que renuncia por denuncias de corrupción.
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Orlando Silva se convirtió en el quinto ministro de Rousseff que renuncia por acusaciones de corrupción. (Foto: EFE)
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La dimisión de quien era responsable de la organización del Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de Río 2016 se debió a la decisión del Supremo Tribunal de iniciar una investigación sobre supuestas irregularidades en su cartera.
"La posición del Supremo fue determinante", declaró a periodistas el ministro de la Secretaría de la Presidencia, Gilberto Carvalho.
Silva resistió en los últimos 10 días a un constante aluvión de denuncias formuladas por el ex policía Joao Dias Ferreira, que lo acusó de estar involucrado en diversas irregularidades en el marco del programa Segundo Tiempo, que financia a organizaciones civiles dedicadas a promover el deporte entre los niños más pobres.
Dias Ferreira no llegó a presentar pruebas concretas y Silva acudió tres veces al Congreso para prestar explicaciones a una oposición envalentonada con los constantes escándalos en el Gobierno que exigía su inmediata renuncia.
Silva reclamó por la falta de pruebas, dijo ser víctima de una "nueva inquisición" y pidió formalmente a los organismos jurídicos del Estado que investiguen su vida, pero nada bastó para impedir su salida.
"Esquema de comisiones"
Según Dias Ferreira, que está acusado de fraudes en el programa Segundo Tiempo y que el año pasado llegó a ser detenido, en ese despacho existe desde hace años un "esquema de comisiones" mediante el cual han sido desviados unos 40 millones de reales (cerca de 23 millones de dólares) de los fondos públicos.
Afirmó incluso que él mismo fue "víctima" de esas maniobras, como responsable de una federación de artes marciales que recibía apoyo del programa Segundo Tiempo.
El desgaste causado por esas denuncias se sumó al que acumulaba Silva en las tensas negociaciones por exigencias de la FIFA de cara al Mundial de 2014, como la venta de cerveza en estadios, prohibida por ley en Brasil.
El titular de Deporte había asumido el cargo hace cinco años, durante la gestión del ahora ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, y Rousseff lo mantuvo cuando asumió el poder, el pasado 1 de enero.