La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, anunciará este viernes una amplia reforma de su Gabinete, tanto de la estructura como de los ocupantes, aspirando a ampliar la participación en su Gobierno del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), mayor fuerza electoral del país, según informaron fuentes oficiales.
Rousseff, que desde hace semanas viene negociando la reforma con los partidos aliados, hará el anuncio final en una rueda de presa prevista para las 10:30 hora local (13:30 GMT, 10:00 horas en Chile) del viernes en el Palacio presidencial de Planalto, según voceros de la Presidencia.
Además de reestructurar y reducir el Gabinete, que actualmente cuenta con 39 ministros, la jefe de Estado pretende reacomodar las fuerzas que la apoyan, en momentos en que enfrenta una grave crisis política y en que su popularidad permanece en mínimos históricos.
Estructuralmente, la reforma propone eliminar algunas carteras y unificar otras, para reducir el Gabinete a unos 29 ministerios, como forma de disminuir los gastos y aumentar la eficacia.
Políticamente, la reforma reducirá la participación en el Gobierno del oficialista e izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), la formación en el poder en Brasil desde 2003, primero con Luiz Inácio Lula da Silva y ahora con Rousseff, para darle mayor espacio al PMDB, una formación de centro que ejerce la mayoría de los gobiernos regionales y municipales y que tiene las principales minorías en el Senado y la Cámara de Diputados.
Según analistas políticos, el apoyo del PMDB es esencial para que Rousseff supere la crisis política y para que evite que el Congreso le abra un juicio político con fines de destitución, como insisten algunos sectores de la oposición.
Tras casi un mes de consultas, principalmente con los dirigentes del PT y del PMDB, la gobernante discutió este jueves la reforma con Lula, su antecesor y padrino político, en una reunión de tres horas.
Poco antes la discutió con su vicepresidente, Michel Temer, principal líder del PMDB, que, según versiones de prensa, puede elevar su número de ministros de los actuales cinco a siete.
La mandataria ya anticipó algunos cambios esta semana con la confirmación de que destituyó a los actuales titulares de Salud, Arthur Chioro, y de Educación, Renato Janine Ribeiro. Estos Ministerios, hasta ahora reservados al PT, controlan dos de los mayores presupuestos del Gabinete en Brasil.
En las negociaciones también han participado dirigentes de otras formaciones que apoyan al Gobierno y que aspiran a mantener su participación en el Gabinete, entre los cuales los partidos Republicano Brasileño (PRB), de la República (PR), Progresista (PP), Comunista de Brasil (PCdoB), Republicano del Orden Social (PROS) y Social Democrático (PSD).
Hasta inicios de septiembre también estaban en la coalición los partidos Laborista Brasileño (PTB) y Democrático Laborista (PDT), cuyos parlamentarios se declararon "independientes" en rechazo al duro ajuste fiscal impuesto por el Gobierno para hacer frente a la delicada situación de la economía.
Rousseff, cuya popularidad cayó a menos del 10 por ciento tras haber sido reelegida en octubre pasado con el 51 por ciento de los votos, enfrenta, además de disputas de los partidos que la apoyan, una crisis política derivada del escándalo de corrupción en la petrolera Petrobras, que ha salpicado a medio centenar de políticos, en su mayoría oficialistas.
La mandataria también tiene que hacer frente a una grave crisis económica, con Brasil hundido en una recesión y la inflación en su mayor tasa desde 2003.
Para enfrentar las dificultades, la gobernante anunció un ajuste fiscal que prevé aumento de impuestos, recorte de gastos y eliminación de algunos derechos sociales, que aumentó aún más su distanciamiento con el Congreso y su impopularidad.