El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, antecesor y padrino político de la actual jefa de Estado, Dilma Rousseff, calificó este jueves de "insana" la decisión del Congreso de iniciar un juicio político con fines de destitución contra la mandataria.
En su primera declaración sobre la crisis provocada por la decisión del presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, de poner en marcha el juicio contra la jefe de Estado, Lula acusó al legislador de actuar motivado por intereses particulares y no por los del país.
"Me siento indignado con lo que están haciendo con el país. Cunha sólo está pensando en él. No piensa en el país, en la economía. Brasil no merece eso. Es algo insano", dijo el líder del oficialista Partido de los Trabajadores (PT).
El ex mandatario aseguró que la decisión de Cunha paralizará al país, dificultará aún más las relaciones entre Ejecutivo y Legislativo y agravará la crisis de la economía, que este año entró en recesión y, según analistas, puede sufrir una contracción del 3,0 por ciento, su peor resultado en los últimos 25 años.
"No pueden permitir que esa locura provocada por Eduardo Cunha dure mucho. Tienen que resolver eso inmediatamente", afirmó.
Para el ex presidente, la apertura del juicio político se produce en momentos en que el gobierno de Rousseff hacía esfuerzos para poner a flote la economía y cuando discutía con el Congreso las reformas necesarias para incentivar el crecimiento.
Lula resaltó que el juicio político tan sólo da una oportunidad a quienes "querían una tercera vuelta en las elecciones", en referencia a los sectores de la oposición que aún no han aceptado la derrota en las presidenciales del año pasado.
Pese a no aclarar cuáles serían los motivos de Cunha, el ex jefe de Estado aseguró que el presidente de la Cámara "no debería colocar sus intereses personales por delante de los del país".
Se busca un proceso en el Consejo de Ética contra Cunha
El ministro de la Presidencia, Jacques Wagner, dijo que Cunha venía amenazando públicamente con autorizar la apertura del juicio en caso de que sus intereses se vieran perjudicados y finalmente lo cumplió.
Cunha autorizó dar trámite al juicio contra la jefa de Estado precisamente el día en que el PT, la formación de Lula y de Rousseff, informó de que apoyará la apertura de un proceso en el Consejo de Ética de la Cámara Baja, que puede despojar al legislador de su mandato.
El jefe de la Cámara de Diputados se enfrenta a varias acusaciones dentro del escándalo de corrupción descubierto en la empresa Petrobras y, además de un proceso en el Consejo de Ética, recientemente la Fiscalía abrió una investigación por unas cuentas bancarias nunca declaradas que le descubrió en el exterior y que al parecer recibieron depósitos de recursos desviados de la petrolera.
Lula negó que la presidenta hubiese intentando negociar un acuerdo para librar a Cunha del proceso en el Consejo de Ética de la Cámara de Diputados, a cambio de que éste se abstuviese de abrir el proceso político contra ella.
"Conozco a Dilma (Rousseff) y me parece muy difícil que ella acepte ese tipo de negociaciones", afirmó.
El complejo proceso constitucional que puede despojar a la presidenta de su mandato fue puesto este jueves en marcha y estará en manos de 65 diputados de 23 partidos que decidirán si Rousseff será sometida o no a juicio político.
Esos 65 legisladores formarán la comisión especial que prevé la Constitución para juicios de esa naturaleza y determinarán si las maniobras fiscales denunciadas por la oposición y censuradas por órganos de contraloría del Estado constituyen un motivo para despojar a Rousseff del cargo para el que fue reelegida en 2014.