Senado define el futuro político de Dilma Rousseff

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Autor: Cooperativa.cl

De aprobar el proceso, la mandataria deberá dejar el cargo por los próximos seis meses.

En su lugar asumiría el vicepresidente Michel Temer.

Senado define el futuro político de Dilma Rousseff
 Agencia EFE

Los partidarios del "impeachment" precisan una mayoría simple de 41 votos entre los 81 senadores.

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El Senado brasileño decide este miércoles si la presidenta Dilma Rousseff responderá a un juicio político con miras a su posible destitución, lo cual implicaría su suspensión del cargo durante seis meses y la asunción al poder del vicepresidente Michel Temer.

El proceso, que se ha arrastrado desde diciembre pasado, cuando fue aceptado a trámite en la Cámara de Diputados, llega a uno de sus puntos culminantes con la oposición envalentonada por sondeos entre los senadores que le auguran más que la mayoría necesaria para aprobar lo que en Brasil se conoce como "impeachment".

En un intento postrero por impedir esa votación o la aplicación de su resultado, la Abogacía General del Estado, que defiende a la presidenta, intentó ayer un último recurso ante la Corte Suprema en el que exige la "nulidad" del proceso, pese a que casi no existen posibilidades de que prospere.

Los 54 votos que podrían significar el fin de Rousseff

La sesión comenzó este miércoles a las 09:00 hora local -misma hora en Chile- y puede prolongarse hasta la madrugada del jueves.

Cada uno de los 81 senadores tendrá derecho a ejercer la palabra durante 10 minutos, aunque en la oposición hay parlamentarios dispuestos a renunciar a ese tiempo a fin de acelerar el trámite.

"Esta sesión pone sobre el Senado una inmensa responsabilidad, ya que se decidirá si la presidenta electa será separada del cargo", dijo al inicio de la sesión el presidente de la corporación, Renán Calheiros, quien destacó los "enormes esfuerzos que la sociedad brasileña ha hecho por mantener su democracia".

Calheiros remarcó que se trata de una "responsabilidad gravísima" la que pesa sobre los senadores, que les exige "la mayor convicción democrática" y la "máxima imparcialidad" para decidir si existen razones jurídicas suficientes para suspender a la mandataria.

Para que el juicio político sea instaurado, los partidarios del "impeachment" precisan una mayoría simple de 41 votos entre los 81 senadores.

Sin embargo, la intención de la oposición es rebañar votos hasta último momento para llegar a 54, equivalentes a la mayoría calificada de dos tercios que, una vez que concluya el juicio, será necesaria para que Rousseff sea finalmente destituida.

En ese último caso, fuentes del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), uno de los principales impulsores del proceso contra Rousseff, dijeron a EFE que con esos 54 votos se le transmitiría "el mensaje de que no hay retorno posible".

Ello responde a que, si Rousseff fuera absuelta una vez que el proceso concluya, recuperará el cargo y desplazará a Temer, que debería regresar a una vicepresidencia que, según coinciden todos los analistas, sería absolutamente insostenible.

Rousseff reconoce que no tiene los votos

Mientras esto ocurre en el Congreso, en distintas ciudades de Brasil se producen manifestaciones sociales lideradas por militantes del Partido de los Trabajadores y el Movimiento de Trabajadores sin Tierra, que incluyen bloqueos de los accesos a Sao Paulo, Río de Janeiro y Brasilia.

Algunas estimaciones prevén que hasta 20.000 personas podrían congregarse durante esta jornada "histórica" frente al Senado, reportó el periodista Patricio de la Barra, corresponsal de Cooperativa en Brasil.

Temer, que en las últimas semanas se ha dedicado a consultas para la conformación de su eventual Gobierno, visitó ayer en su residencia al presidente del Senado, Renán Calheiros y, según fuentes de su entorno, conversaron sobre los procedimientos para que tome posesión de la presidencia.

Rousseff ya ha aceptado que hoy no tendrá la mayoría simple que evitaría su separación del cargo, por lo que ha empezado a mudar sus pertenencias del Palacio presidencial de Planalto al Palacio de la Alvorada, su residencia oficial.

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Diversas manifestaciones se han realizado en los últimos meses, tanto a favor como en contra de Dilma Rousseff. (Foto: EFE)

 

La mandataria, que sólo estará suspendida del cargo mientras dure el proceso, tendrá derecho a utilizar el Palacio de la Alvorada, que, según fuentes oficiales consultadas por a EFE, pretende convertir en el "fortín de la resistencia" a lo que califica de "golpe".

De hecho, para el momento en que sea notificada de la decisión que la separará del cargo, se prevé que Rousseff encabece una marcha con simpatizantes que caminarán con ella a lo largo de cuatro kilómetros entre los palacios de Planalto y la Alvorada.

Si esa marcha se confirma, pasará frente al Palacio de Jaburú, residencia oficial de Temer y separada por un kilómetro de parques del futuro "fortín de la resistencia".

Muchos de quienes prometieron estar en esa marcha asistieron ayer al que pudo haber sido el último discurso de Rousseff durante su mandato, en el marco de un congreso sobre políticas para la mujer.

"Estoy cansada de los desleales y los traidores, pero no de luchar", afirmó Rousseff, quien reiteró que defenderá su mandato y no renunciará, pues mientras siga "de pie, con la cabeza erguida, quedará claro que han cometido una enorme injusticia".

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