Bolsonaro cambia a los jefes de las tres Fuerzas Armadas de Brasil
El mandatario brasileño también realizó el cambio de seis ministros.
La "sustitución" de los jefes militares es algo inédito en Brasil.
El mandatario brasileño también realizó el cambio de seis ministros.
La "sustitución" de los jefes militares es algo inédito en Brasil.
El gobierno del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, siguió este martes con la purga que comenzó con el cambio de seis ministros y anunció la "sustitución" de los jefes de las tres Fuerzas Armadas, que son uno de los pilares de su gestión.
La víspera, en un movimiento todavía no explicado oficialmente y sobre el cual Bolsonaro guarda un absoluto silencio hasta ahora, se anunciaron cambios en seis de los 23 ministerios, lo que supone casi la cuarta parte, y que incluyeron la cartera de Defensa, hasta entonces en manos del general Fernando Azevedo e Silva.
La salida del general, que no se ha aclarado si fue por dimisión o destitución, generó una creciente ola de rumores que hablaban de la inminente renuncia de los jefes del Ejército, la Aviación y la Marina, en un gesto de "solidaridad" con Azevedo e Silva.
Sin embargo, en una escueta nota de dos párrafos, el Ministerio de Defensa anunció que los tres jefes de las Fuerzas Armadas serán "sustituidos" y que eso fue "comunicado" en una reunión con el general Walter Braga Netto, hasta ahora ministro de la Presidencia y quien asumirá el cargo que ocupaba Azevedo e Silva.
De ese modo, Bolsonaro deberá reemplazar al almirante Ilques Barbosa Junior, de la Marina; al teniente de brigada Antonio Carlos Moretti, de la Aviación, y al general Eduardo Pujol, del Ejército, con quien había tenido diversas fricciones en los últimos meses.
Esas discordias fueron claras el año pasado, en momentos en que activistas de extrema derecha reclamaban una "intervención militar" para "cerrar" el Parlamento y la Corte Suprema, en unos actos que fueron alentados por Bolsonaro, quien no encontró apoyo en el Ejército.
La "sustitución" de los jefes militares es algo inédito en Brasil y ocurre en un Gobierno que, paradójicamente, está presidido por un capitán de la reserva del Ejército en cuyo gabinete casi la mitad de los ministros procede del sector castrense.
Todos esos movimientos se han dado en vísperas del 31 de marzo, un día importante para la ultraderecha, pues en esa fecha, en 1964, ocurrió un golpe de Estado que originó una dictadura que se prolongó durante 21 años y que Bolsonaro ha enaltecido siempre como modelo.
En los seis cambios anunciados este martes en su gabinete, el mandatario parece haber buscado un cierto equilibrio entre las fuerzas más extremas que constituyen su base y los conservadores más moderados, que le apoyan con algunas resistencias.
Un cambio significativo fue en la cartera de Exteriores, ocupada hasta ahora por Ernesto Araújo, visto por muchos como un agitador de ultraderecha y que será sustituido por el embajador Carlos Alberto Franco França, un diplomático con poca experiencia pero considerado más moderado y de talante negociador.
Otro movimiento importante será en el Ministerio de la Secretaría de Gobierno, que pasa a manos de la diputada Flavia Arruda, esposa de un ex gobernador de Brasilia destituido y preso en su momento por corrupción y que se ocupará de las relaciones entre el Gobierno y el Parlamento.
Arruda, quien está en su primer cargo electivo, dijo haber sido "sorprendida" con su nombramiento y apuntó que "se lo debe" a Arthur Lira, presidente de la Cámara de Diputados y quien lidera los grupos que presionan por una mayor moderación frente a las posiciones más extremas del Gobierno del líder de la ultraderecha.
Asimismo, ha sido considerada clave la sustitución del ministro de Justicia, André Mendonça, quien volverá a la Abogacía General de la Unión y cederá su puesto al comisario policial Ánderson Gustavo Torres, alineado con las ideas del mandatario y muy próximo a dos de sus hijos, el senador Flavio y el diputado Eduardo Bolsonaro.
Tanto Flavio como Eduardo Bolsonaro también son policías y son investigados en la Justicia, uno por presunta corrupción y otro por la difusión de noticias falsas y la promoción de "actos antidemocráticos".