El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, acentuó este viernes su ya conocido discurso armamentista y afirmó para un grupo de simpatizantes que todo el mundo debería comprar un fusil para que no sean esclavizados.
"Todo el mundo tiene que comprar un fusil ¡caramba! El pueblo armado jamás será esclavizado. Yo sé que cuesta caro. Un idiota dice: 'Ah, lo que hay que comprar es fríjol', si no quiere no compre el fusil, pero no venga a perturbar a quien quiere comprarlo", declaró Bolsonaro a su salida del residencial Palacio da Alvorada, en Brasilia.
El ex capitán de la reserva del ejército y nostálgico de la dictadura militar que gobernó al país entre 1964 y 1985 recordó que los cazadores, tiradores y coleccionistas con registro "pueden comprar un fusil", pero los hacendados no pueden hacerlo si no forman parte de ese grupo.
El líder de ultraderecha ha defendido el acceso a las armas de fuego para la población argumentando los altos índices de criminalidad urbana y rural, con constantes casos de robos seguidos de homicidio.
UN MODELO PARECIDO AL DE ESTADOS UNIDOS
En julio, el gobernante eliminó el impuesto de 150% que tenían que pagar los exportadores brasileños que venden armas de fuego a países de Centro y Suramérica.
Otra medida, que buscaba eliminar los tributos para la importación de revólveres y pistolas, fue suspendida por la Corte Suprema a mediados de abril de este año, junto con otros decretos dictados por Bolsonaro que facilitaban la compra y uso de armas en Brasil.
La flexibilización del porte y la posesión de armas es una de las promesas de campaña del mandatario, quien tiene como modelo armamentístico el de Estados Unidos.
El número de armas de fuego nuevas registradas en Brasil prácticamente se duplicó en 2020, al pasar de 94.416 en 2019 a 186.071 el año pasado, según datos del Fórum Brasileño de Seguridad Pública.