Un juez de la Corte Suprema de Brasil rechazó archivar una investigación en curso contra el presidente del país, Jair Bolsonaro, por divulgar informes policiales secretos en el marco de su campaña para desacreditar el proceso electoral.
El magistrado Alexandre de Moraes negó una petición de la Fiscalía General, que solicitó enterrar el caso pese a la opinión de la Policía Federal, que apuntó que el mandatario ultraderechista incurrió en un delito al divulgar documentos bajo sigilo judicial.
La investigación se abrió en agosto de 2021 después de que Bolsonaro divulgó en sus redes sociales informes reservados referentes a un ataque informático, sin consecuencias, a los sistemas de la Justicia Electoral ocurrido en 2018, meses antes de que Bolsonaro ganara los comicios de ese año.
El gobernante compartió esos documentos dentro de su agresiva campaña para deslegitimar el sistema electrónico de votación, que funciona en Brasil desde 1996 y acostumbra a ser elogiado por observadores internacionales, aunque Bolsonaro lo considera, sin prueba alguna, una fuente de "fraudes".
La Policía concluyó entonces que la divulgación de esos informes tuvo como "propósito" la "difusión de información reconocidamente falsa, con repercusión dañina para la administración pública".
Sin embargo, dejó en manos de la Fiscalía General presentar formalmente cargos contra el capitán de la reserva del Ejército, que en octubre aspira a renovar su mandato por otros cuatro años.
El Ministerio Público no vio indicios de delitos y pidió archivar la causa, lo que hoy fue rechazado por De Moraes, a quien Bolsonaro acusa de actuar en favor del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, con vistas a las elecciones del próximo 2 de octubre.
Lula, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, es el candidato favorito para los comicios presidenciales, según todos los sondeos publicados hasta la fecha, que le otorgan alrededor de un 45 por ciento de los votos, frente al 30 por ciento que obtendría Bolsonaro.
Con las encuestas dándole la espalda, el líder ultraderechista ha endurecido sus ataques y sembrado más sospechas sobre las urnas electrónicas, que llegó a trasladar incluso a medio centenar de embajadores en una reunión fuertemente criticada por sectores empresariales, políticos y sociales.
Según integrantes de la oposición, esa campaña de descrédito, que cuenta con respaldo de algunos sectores de las Fuerzas Armadas y grupos de ultraderecha, podría esconder la supuesta intención de desconocer el resultado de los comicios en caso de que Lula se imponga.