Un juez de la Corte Suprema de Brasil negó este viernes un nuevo pedido de libertad para el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, preso desde abril pasado para cumplir una pena de 12 años y un mes de cárcel por corrupción, informaron fuentes oficiales.
La decisión fue tomada por el magistrado Alexandre de Moraes, quien archivó además todas las reclamaciones de la defensa contra su colega Luiz Edson Fachin, instructor en el Supremo de los procesos relacionados con el escándalo de corrupción destapado en Petrobras, por el que fue condenado el ex mandatario.
De Moraes negó así el recurso interpuesto por los abogados, que pidieron a la máxima corte del país la liberación del ex jefe de Estado hasta la resolución de otra apelación en trámite, que el propio Fachin mandó a analizar al pleno del tribunal, integrado por once jueces.
El Supremo entra en receso durante todo julio, por lo que sólo podrá retomar el asunto en agosto.
Esperan que el recurso sea analizado por la Segunda Sala
La defensa de Lula también solicitaba que ese recurso no fuera analizado por el plenario y sí por la Segunda Sala del tribunal, que este martes decidió poner en libertad el ex ministro José Dirceu, condenado igualmente por corrupción y quien fuera mano derecha del antiguo dirigente sindical.
"No existe razón alguna para las pretensiones de la defensa", sentenció en su auto De Moraes, miembro de la Primera Sala del Supremo y elegido por sorteo para ser el instructor de este recurso.
La defensa de Lula cree que es más factible sacar de prisión al ex presidente brasileño si las apelaciones son juzgadas por la Segunda Sala, donde se encuentran los magistrados que más cuestionan la ejecución de una pena una vez confirmada en segunda instancia.
En 2016, la Corte Suprema autorizó de manera cautelar que una sentencia pueda ser ejecutada una vez agotadas todas las apelaciones en segunda instancia y aún cuando haya posibilidades de otros recursos en instancias superiores.
En este sentido, la Segunda Sala contrarió esa jurisprudencia y puso en libertad a Dirceu, a pesar de haber sido condenado ya en segunda instancia, al igual que Lula, también por las corruptelas en Petrobras.
Lula, que aún pretende presentarse a las elecciones presidenciales de octubre próximo, pese a que su candidatura está virtualmente anulada, niega todas las acusaciones y sostiene que la investigación es una "mentira" organizada para evitar su regreso al poder.