El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva afirmó este viernes que se sintió "prisionero" cuando la Policía Federal allanó esta mañana su casa para llevarlo a una comisaría, donde prestó declaración durante más de tres horas.
El ex jefe de Estado dijo estar "indignado" por la llegada de los agentes de la Policía y tildó de "lamentable" la actuación del "Poder Judicial", en un discurso que pronunció en la sede de la dirección nacional del Partido de los Trabajadores (PT).
"No voy a bajar la cabeza después de hoy y la forma de levantarla es no tener miedo", resaltó Lula, quien aseguró que "el país merecía un poco más de respeto".
El ex mandatario aseveró que está "íntimamente afligido, ofendido y ultrajado", porque "no merece" la situación por la que atraviesa ya que, en su opinión, él es "mejor que todos los politólogos y abogados de este país".
"Si quisieron matar a la cobra, no le dieron en la cabeza, le dieron en el rabo. Y la cobra sigue viva", subrayó Lula, quien exclamó: "Todo el mundo puede conseguir cosas (materiales) menos la mierda de este metalúrgico".
Fue un "espectáculo" para los medios
El ex presidente insistió en que el objetivo de la operación policial fue ofrecer un "espectáculo" a los medios de comunicación, ya que él "jamás" se negó a prestar declaración.
"El juez (Sergio) Moro (responsable del caso) no necesitaba haber mandado a la policía a mi casa, sólo tenía que haberme invitado (a declarar), insistió Lula.
Sin embargo, agregó que "lamentablemente prefirieron utilizar la prepotencia, la arrogancia y el espectáculo".
"Estamos viviendo un proceso en que la pirotecnia vale más que cualquier cosa, lo que vale más es el espectáculo que se le ofrece a los medios que la investigación seria y responsable de la Policía o la Fiscalía, que son instituciones que respeto", agregó.
Lula calificó la actitud de la Fiscalía como "muy grave" y agregó que tenía una clara motivación política.
El ex presidente señaló que "ser amigo de Lula se ha convertido en una cosa peligrosa, por lo que es necesario criminalizar al Partido de los Trabajadores (PT, del que él es fundador) porque Lula puede volver al Gobierno".
Implicado en una red de corrupción
Lula también censuró a los opositores de la presidenta Dilma Rousseff, criticó que "nadie quiere que ella gobierne porque están sitiando la libertad de esa mujer" y dijo que "si hay alguien en este país que precisa de autonomía esa es la presidenta de la República".
También anunció que a partir de la próxima semana estará a disposición de los movimientos sociales, quienes convocaron movilizaciones para defender al ex jefe de Estado, considerado el más carismático del Brasil contemporáneo, que gobernó entre 2003 y 2010.
El ex mandatario fue objeto hoy de una vasta operación policial que busca esclarecer su supuesta implicación en la red de corrupción en la petrolera Petrobras y que comenzó a primera hora de la mañana con la llegada de agentes federales a su domicilio y a las residencias de algunos de sus familiares y allegados.
En una rueda de prensa desarrollada en Curitiba, la Fiscalía explicó hoy que el conjunto de indicios contra Lula en la investigación abierta por corrupción es "bastante significativo" y aseguró que el ex mandatario fue "uno de los principales beneficiarios de los delitos" cometidos en el seno de la petrolera.
Tras esto explicó que el 60 por ciento de las donaciones al Instituto Lula de Silva entre 2011 y 2014 fue hecha por cinco de las grandes consultoras involucradas en el cartel que actuaba en Petrobras. Además de eso, el 47 por ciento de las conferencias, que él realizó el diversas partes del mundo, fueron pagadas por estas consultoras en el escándalo denominado Lava Jato.
Sin embargo, da Silva se defendió asegurando que él estaba a la altura de Bill Clinton y por eso se determinó que "vamos a cobrar lo mismo (que Clinton), que paguen, pero para contratarme tienen que pagar asesoría, transporte, no soy poca cosa".