Las autoridades brasileñas trasladaron hoy a 240 presos de una cárcel de Alagoas, en el noreste del país, a otra del mismo estado ante el riesgo de que se repitan más motines como los ocurridos en las dos últimas semanas, que han dejado más de un centenar de reclusos muertos.
El grupo de internos fue transferido después de una investigación del departamento de Inteligencia estatal con objeto de "evitar conflictos y tumultos", según confirmaron fuentes de la Secretaria regional de Resociabilización e Inclusión Social (Seris).
Los internos pasaron de la nueva Penitenciaria de Seguridad Máxima (PSM), en Maceió, capital de Alagoas, a un penal en el municipio de Girau do Ponciano, en un operativo en el que participaron agentes del Batallón de Operaciones Especiales (Bope) y hasta dos helicópteros.
El Gobierno estatal emprendió este fin de semana una intensa operación policial que ha desembocado por el momento en el traslado de cerca de 800 presos en total.
"Queremos evitar muertes y conflictos en el sistema penitenciario debido a la guerra declarada entre facciones criminales que asuela a todo el país y que ya culminó con la muerte de más de 120 presos en diferentes estados", afirmó el secretario de la Seris, teniente coronel Marcos Sérgio de Freias, citado en un comunicado.
Desde el 1 de enero, Brasil atraviesa una de las peores crisis carcelarias de su historia con violentas reyertas entre reclusos de distintas bandas criminales en varias cárceles de los estados de Amazonas, Roraima y Río Grande do Norte.