Al menos siete personas han fallecido después de que un terremoto de magnitud 6,8 sacudiese la provincia central de Sichuan a las 12.52 hora local (00.52 hora chilena) de este lunes, informaron hoy medios locales.
Según el Centro de Redes Sismológicas de China, el seísmo se produjo a una profundidad de 16 kilómetros y tuvo su epicentro en el condado de Luding, situado a unos 200 kilómetros de la capital provincial, Chengdu, de más de 20 millones de habitantes.
De acuerdo con la escala utilizada por las autoridades sismológicas de China, un terremoto de magnitud 6 significa que la mayoría de personas afectadas no puede permanecer erguida de forma estable durante el sismo y se pueden producir grietas en las paredes y la caída de tejas y chimeneas.
Tras una inspección preliminar, las autoridades locales informaron de que se ha cortado la comunicación con algunos pueblos de la zona y de que se han registrado deslizamientos de tierra y graves daños en viviendas y carreteras, recogió la cadena estatal CCTV.
Aunque el epicentro se localizó a 39 kilómetros del área central del condado de Luding, hay varios pueblos en un radio de cinco kilómetros alrededor del punto cero, informó la agencia de noticias Xinhua.
El Ministerio de Administración de Emergencias declaró un nivel III de respuesta de emergencia a terremotos y un grupo de trabajo se ha desplazado a la zona para asistir en los trabajos de socorro.
Unos 30 bomberos locales se desplazaron poco después del temblor a la zona del epicentro y otros acudieron desde otros lugares de Sichuan a la zona cero del seísmo, informó Xinhua.
El temblor se hizo notar en Chengdu, algunos de cuyos habitantes publicaron vídeos de sus viviendas que muestran lámparas oscilando y objetos caídos al suelo.
La provincia de Sichuan se encuentra en una zona con frecuente actividad sísmica y fue el escenario de un catastrófico terremoto en mayo de 2008, de una magnitud 8 y que dejó más de 90.000 muertos y desaparecidos.
En las últimas semanas, Sichuan se ha visto golpeada además por una ola de calor de una intensidad inédita en décadas, una sequía que provocó cortes de suministro eléctrico en algunas zonas, incendios y unos rebrotes de covid que han desembocado en el confinamiento de su capital desde el viernes pasado.