Lujuria, poder y corrupción son de por sí una mezcla explosiva. Pero lo es mucho más cuando a la muy publicitada ofensiva contra la corrupción del presidente chino, Xi Jinping, se suma una fuente de filtraciones tan improbable como una amante despechada.
En las últimas semanas, los chinos se han enfurecido con unas revelaciones muy poco habituales del extravagante estilo de vida de algunos miembros de la cúpula del Partido Comunista.
El caso más notorio es el de Ji Yingnam, una mujer que ante millones de chinos avergonzó en una conocida red social a su otrora amante, Fan Yue, subdirector de la Administración Estatal de Archivos.
Ji subió a internet videos y fotos de ambos mientras iban de compras, chapoteaban en una piscina privada o se divertían en la fiesta en la que el funcionario le pidió que se casara con ella.
Según asegura Ji, decidió desenmascarar al que creía su pareja cuando descubrió que estaba casado y tenía un hijo adolescente.
"No tenía ni idea de que fuera tan mentiroso", le dijo Ji al Global Times de China.
"Siempre decía que se quería casar conmigo y de verdad pensé que algún día estaríamos comprometidos y hasta sería mi marido".
Pero lo que de verdad dejó en shock al público fueron las enormes cantidades de dinero de las que habló. Según la mujer, su amante cada día le daba más de 1.000 dólares en metálico, un auto de lujo y le prometió un apartamento.
Ji le dijo a Global Times que denunció a Fan a las autoridades creyendo que estaba implicado en algún caso de corrupción, pero, asegura, nunca recibió respuesta a sus acusaciones.
No en vano, su lujoso ritmo de vida planteaba una cuestión obvia: ¿cómo se lo podía permitir con un modesto salario de funcionario?
Según la agencia estatal de noticias Xinhua, Fan fue despedido en junio y ahora está siendo investigado por corrupción. La BBC no consiguió entrar en contacto con Fan para obtener su punto de vista.
Internet
Uno de los principales lugares en que se han hecho públicas estas revelaciones es el blog de Zhu Ruifeng, que, dedicado a denunciar la corrupción, ganó visibilidad el año pasado cuando publicó un video sexual protagonizado por un funcionario que acabó en la cárcel.
Con el poder creciente de internet, detalles que en otro tiempo hubieran permanecido ocultos, están ahora a la vista del público.
Escándalos sexuales, por supuesto, ocurren en cualquier país, pero la diferencia en China, comenta Zhu, está en que los miembros del gobierno usan dinero público para pagarse la vida sexual.
"En China nada está claro. La gente no sabe qué hacen los políticos, pero sus amantes conviven con ellos, gastan su dinero y lo saben todo", afirma Zhu. "Cuando una amante emerge, sale a la luz la verdad".
Un poderoso funcionario del sector de la energía, Liu Tienan, fue despedido en mayo después de que su antigua amante le dijera a un periodista que la había ayudado a defraudar 200 millones de dólares.
Las amantes se han convertido en el último símbolo de la corrupción en China. De acuerdo con un informe oficial, en 2007, el 90 por ciento de los funcionarios que habían caído por corrupción tenían una amante, y en muchos casos más de una.
El antiguo ministro de Ferrocarriles, Liu Zhijun, fue encarcelado por corrupción a principios de año. Se dijo que tenía 18 amantes.
"Complejo de emperador"
Una de esas amantes accedió a hablarle a la BBC con la condición de no ser identificada. De 26 años, largo pelo negro y ropa de diseñadores famosos, parecía más bien recién salida de una pasarela.
"Empresarios y políticos trabajan juntos muy de cerca. Una vez un político le pidió a mi novio un favor: no quería dinero, quería que le consiguiera una amante", rememora mientras asegura haber sido testigo de diferentes actos de corrupción.
Lo de las amantes no es algo nuevo en China. Los emperadores eran reconocidos por tener concubinas.
Una de las más importantes sexólogas de China, Li Yinghe, considera que muchos de los hombres de su país viven en los tiempos imperiales.
"Creo que muchos hombres tienen el 'complejo del emperador'", dice. "Ser un emperador implica tener muchas mujeres. Eso es algo de lo que estar orgulloso. Estas mujeres son trofeos que dan muestra de lo exitosos que son", agrega.
Poca duda cabe entonces de que el gobernante Partido Comunista esté intentando evitar que estos asuntos de alcoba se conviertan en algo público.
En mayo, el Diario del Pueblo, el brazo mediático del partido, publicó un editorial en que afirmaba que el país no puede permitirse que sean las amantes las que revelen al público los actos de corrupción.
"Algunas piden directamente sobornos o buscan enormes beneficios ilegales", afirmó.
"Poner las esperanzas contra la corrupción en ellas es poner al diablo a defendernos del diablo".
En las últimas semanas, las autoridades han aprobado medidas más duras para controlar internet donde muchas de las denuncias se han hecho públicas. Está claro que el partido quiere correr un tupido velo sobre sus secretos más íntimos.