La jefa del gobierno local de Hong Kong, Carrie Lam, condenó este martes el "extremo uso de la violencia y el vandalismo" por parte de los manifestantes que asaltaron este lunes la sede del Parlamento de la ciudad.
En una conferencia de prensa convocada a las 04:00 horas (16:00 hora chilena del lunes) Lam confió en que "la sociedad honkonesa vuelva a la normalidad lo antes posible".
"El imperio de la ley es de una importancia capital", dijo Lam quien aseguró que "no es verdad" que su gobierno no haya atendido a las demandas que desde hace semanas le plantean los manifestantes.
Reiteró, además, que ha dejado en suspenso el polémico proyecto de extradición a China, entre otros países, "sin ningún plan para retomarlo".
Por su parte el jefe de la policía, Stephen Lo, señaló que antes de la entrada al Parlamento "había muchos manifestantes utilizando tácticas violentas" y justificó que la policía no interviniese durante las más de cuatro horas que los manifestantes emplearon en derribar las puertas de la institución. "No podíamos usar la fuerza que habitualmente empleamos al aire libre", afirmó.
El responsable policial aseguró, además, que poco antes de la entrada de los manifestantes al Parlamento apareció "un humo blanco" que pudo haberse tratado de un ataque tóxico", y ante esa posibilidad, dijo, la policía no tuvo otra opción que retirarse.
También explicó que temían que una eventual carga policial provocase una "avalancha" entre la multitud congregada que causase mayores daños.
Centenares de manifestantes por el aniversario de la cesión británica de Hong Kong a China penetraron a la fuerza la medianoche del lunes al Parlamento de Hong Kong y permanecieron en su interior alrededor de tres horas y luego lo abandonaron.
China condena asalto y exige restaurar orden
El gobierno chino condenó "enérgicamente" el asalto al Consejo Legislativo de Hong Kong y reclamó que las autoridades locales "restauren el orden social normal lo antes posible".
La Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao del Consejo de Estado (Ejecutivo) publicó hoy un comunicado en el que califica la acción de "muy violenta". Asimismo, asegura que "algunos activistas extremistas, bajo el pretexto de oponerse a la enmienda de ciertas regulaciones del gobierno hongkonés (el polémico proyecto de ley de extradición), dañaron voluntariamente las instalaciones del Consejo Legislativo".
Pekín mostró su "firme apoyo" a las autoridades hongkonesas y a la Policía local para que "se encarguen del incidente con arreglo a la ley" e "investiguen la responsabilidad penal de los delincuentes violentos".
Los actos, según la Oficina, "infringen el Estado de derecho, menoscaban el orden social y dañan los intereses fundamentales" de la excolonia británica, al tiempo que suponen un "desafío descarado" al principio de 'un país, dos sistemas' que rige la autonomía en ciertas áreas de la que disfruta Hong Kong.