Arqueólogos chinos descubrieron y recuperaron en Beijing varias tumbas y numerosos objetos con gran valor para el estudio de los orígenes de la ciudad china y el sistema funerario de la dinastía Zhou, iniciada en el 1046 antes de nuestra era.
Cinco enterramientos, los restos de tres viviendas, una trinchera circular y más de cien objetos de cobre, laca, cerámica y tejidos de seda fueron hallados en el yacimiento de Liulihe, en el suroeste de la capital china, recogió la agencia oficial Xinhua.
Este lugar está considerado por los expertos como el "origen" de Beijing, al ser el punto de la ciudad en el que se han encontrado las trazas más antiguas de civilización urbana.
Desde 2019, un equipo conjunto integrado por expertos de ocho instituciones -entre ellas la Universidad de Beijing y la Academia China de Ciencias Sociales- trabaja en Liulihe en busca de hallazgos que arrojen luz sobre el pasado más remoto de la hoy enorme urbe.
Guo Jingning, un experto de la Oficina de Patrimonio Cultural de Beijing, afirmó que estos descubrimientos tienen una gran importancia en el estudio del antiguo estado de Yan y la historia de la capital.