El Partido Comunista de China ordenó a sus altos cargos de todos los niveles que no fumen en público.
Los funcionarios gubernamentales tendrán prohibido fumar u ofrecer cigarrillos durante actos oficiales o usar fondos públicos para comprar tabaco, de acuerdo a la última circular del PCCh, reproducida por la agencia informativa oficial Xinhua.
La medida tiene por fin mejorar la imagen de los políticos y ayudar a concientizar a los fumadores sobre los peligros del tabaco.
"Algunos altos cargos fuman en lugares públicos, lo que no sólo pone en peligro el medio ambiente y la salud, sino que daña la imagen del partido, las instituciones y los líderes", asegura la nota oficial.
Ésta también recuerda a los altos cargos que fumar está prohibido, no sólo para ellos sino para toda la ciudadanía, en escuelas, hospitales, instalaciones deportivas y vehículos de transporte público.
China es el mayor productor y consumidor mundial de tabaco, con 300 millones de fumadores.
El régimen comunista chino, liderado por el presidente Xi Jinping, está embarcado en una llamativa campaña de austeridad que sucede a varios escándalos de corrupción y supone una larga lista de limitaciones del gasto público, que entre sus últimas medidas conocidas tiene la prohibición de servir en banquetes oficiales platos con animales exóticos.