China se enfrentará a problemas en el suministro de cereales a finales de 2025, con lo que aumentará su dependencia de las importaciones para alimentar a los 1.400 millones de habitantes del país, según un informe de un 'think tank' chino que recoge hoy el periódico hongkonés South China Morning Post.
El estudio, publicado el lunes por el Instituto Rural de la Academia de Ciencias Sociales de China, asegura que el suministro de trigo, arroz y maíz "se quedará corto en unos 25 millones de toneladas" para poder cubrir la demanda estimada a finales de 2025.
"El suministro es suficiente en este momento, pero hay problemas de desequilibrio estructural entre la oferta y la demanda a largo plazo", indica el informe, que llega en medio de preocupaciones por la seguridad alimentaria, la temporada de lluvias y de llamamientos por parte del presidente del país, Xi Jinping, a reducir el desperdicio de alimentos.
El rotativo apunta que para septiembre de 2021 habrá una brecha de 16 millones de toneladas de maíz -una previsión más alta que otras anteriores-, y que la escasez ya habría provocado aumentos en los precios y empujado a más empresas productoras de piensos a utilizar trigo en su lugar.
El informe sugiere también que China debería mejorar las "políticas de compra y almacenamiento de cereales" para garantizar el suministro del país, que se enfrentará también al envejecimiento de la población y a la reducción de la fuerza laboral rural a medida que más residentes se trasladen del campo a las ciudades.
"Se espera que alrededor de 80 millones de residentes rurales se trasladen a áreas urbanas en los próximos cinco años", según el informe recogido por el periódico.
Según la Administración General de Aduanas, China importó 74,51 millones de toneladas de cereales en los primeros siete meses de este año, lo que supone un 22,7 por ciento más que la misma cifra registrada el año anterior, añade el rotativo.
Durante una reciente visita a la provincia nororiental de Jilin el mes pasado, Xi enfatizó la importancia de este asunto y la semana pasada se dio el pistoletazo de salida a una inusual campaña nacional para pedir a la gente que no desperdicie comida.
Así, restaurantes se han comprometido a servir comida en porciones más pequeñas y algunos sitios web prohíben la publicación de material audiovisual en el que se muestren banquetes y otras copiosas celebraciones.
Asimismo, el Ministerio de Cultura y Turismo anunció hoy que se une a la campaña y "revisará directrices" para que la industria hostelera y turística "cumplan" con la campaña, informa la agencia estatal Xinhua.
En concreto, el ministerio ha pedido a sitios turísticos, hoteles y restaurantes, entre otros, que "cumplan con su responsabilidad, mantengan la disciplina y aboguen por un turismo civilizado", además de anunciar "actividades para que el público sea consciente y recuerde la importancia de la tradicional virtud del ahorro".