El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, recibió este sábado el Premio Nobel de la Paz en el ayuntamiento de Oslo, Noruega, dedicándolo a su país y a las víctimas del conflicto armado, afirmando que la paz es del pueblo y debe construirse "entre todos".
"La guerra que causó tanto sufrimiento y angustia a nuestra población a lo largo y ancho de nuestro bello país ha terminado", dijo Santos, quien saludó el fin de "una pesadilla" de más de medio siglo que sólo generó "dolor, miseria y atraso".
En su discurso homenajeó a los "más de ocho millones de víctimas y desplazados" y "más de 220.000 mujeres, hombres y niños que, para nuestra vergüenza, han sido asesinados".
"Siempre que pude, hablé con las víctimas de esta guerra y escuché sus desgarradoras historias. Algunas de ellas están aquí, recordándonos por qué es tan importante que construyamos una paz estable y duradera", expuso el mandatario, para luego pedirles que se pusieran de pie para recibir los aplausos que "merecen".
Santos, quien fue premiado por sus "esfuerzos decididos" para acabar con el conflicto con las FARC, afirmó que Colombia ha hecho "posible lo imposible" y que el Nobel fue un "regalo caído del cielo", como "el viento de popa que nos impulsó para llegar a nuestro destino: ¡El puerto de la paz!".
El Nobel llegó poco después del triunfo del No en el referendo sobre el primer acuerdo con la guerrilla de las FARC.
Agradeció a las FARC y a quienes negociaron
Santos elogió a los países que han apoyado las negociaciones, sobre todo a Noruega -garante con Cuba del proceso-, pero también a las FARC y a quienes negociaron directamente, "que demostraron una gran voluntad de paz, porque sin ella el proceso hubiera fracasado".
Ningún miembro de la guerrilla estuvo presente en la ceremonia para evitar complicaciones por su situación jurídica en Colombia, pero estuvieron víctimas del conflicto, como Leyner Palacios, superviviente de la matanza de Bojayá, en 2002, donde una bomba lanzada por la guerrilla mató a entre 74 y 119 personas, incluidos 32 familiares suyos.
En su discurso Santos recordó a los "más de ocho millones de víctimas y desplazados". (Foto: EFE)
Las FARC han pedido perdón y Palacios ha aceptado, dijo Santos, resaltando la "paradoja" de que mientras las víctimas son las más dispuestas a la reconciliación, "muchos que no han sufrido en carne propia el conflicto se resisten a la paz".
Replantear estrategia del combate mundial contra las drogas
Durante su discurso, Juan Manuel Santos defendió en su discurso, además, la "urgente necesidad" de replantear la estrategia en la lucha contra las drogas a nivel internacional.
"Luego de décadas de lucha contra el narcontráfico, el mundo no ha logrado controlar este flagelo que alimenta la violencia y la corrupción en toda nuestra comunidad global. El acuerdo con las FARC incluye el compromiso de este grupo de romper cualquier vínculo con el negocio de las drogas y de contribuir a combartilo", subrayó el premio Nobel.
El laureado mandatario, concluyó con un fuerte llamado a toda la comunidad internacional, "porque el narcotráfico es un problema global y requiere una solución global que parta de una realidad inocultable. La guerra contra las drogas no se ha ganado ni se está ganando", sentenció.
Finalmente, en un discurso lleno de citas -entre otros Gabriel García Márquez y Bob Dylan, ganador del Nobel de Literatura de este año-, el presidente cerró recordando de nuevo a "Gabo", "mi aliado en la búsqueda de la paz".
Premio es un respaldo del mundo al proceso de paz
Durante la ceremonia, la vicepresidenta del Comité Noruego del Nobel, la abogada Berit Reiss-Andersen, aseguró que el Nobel entregado a Santos representa el respaldo del mundo al proceso de paz, que estaba en en peligro tras la derrota en el plebiscito.
"Señor presidente, cuando se conoció el resultado del plebiscito, muchos observadores opinaron que sería apresurado otorgarle el Premio Nobel de la Paz de este año y se recomendó al Comité del Nobel esperar un año más para ver si el proceso de paz realmente sería exitoso", sostuvo.
Sin embargo, Reiss-Andersen manifestó que "el comité lo vio de manera diferente. En nuestra opinión no teníamos ningún tiempo para perder; por el contrario, el proceso de la paz se encontraba en un peligro inminente de fracasar y necesitaba todo el apoyo internacional que pudiera recibir".
Opiniones divididas
Entre los asistentes en la ceremonia estuvo Ingrid Betancourt, representante de un sector de las víctimas de las FARC, quien se refirió al acuerdo de paz asegurando que "para nosotros las víctimas es importante la paz, pero es importante la paz con justicia".
Opinión contraria a la de María del Rosario Guerra, senadora uribista, quien enfatizó en que el presidente colombiano "piensa construir una paz estable y duradera sólo con sus amigos, sólo con la mitad del país y deja por fuera al resto", enfatizó.