Las FARC denunciaron este domingo la muerte de uno de sus miembros, un prisionero político a quien, según la guerrilla, "se le negó tratamiento médico", al tiempo que recordaron al Gobierno de Colombia su "deber de protección y cuidado" con los privados de libertad.
El guerrillero encarcelado, Jhon Jairo Moreno Hernández, falleció el viernes 5 de febrero "en pleno cautiverio" en un hospital colombiano, debido a una "enfermedad hepática que venía padeciendo desde el año 2013", según dieron a conocer en un comunicado los negociadores del grupo rebelde en los diálogos de paz de La Habana.
La insurgencia reveló en su web oficial que, de acuerdo a diversas organizaciones defensoras de los derechos humanos, "la enfermedad fue tratada negligentemente por parte de las autoridades penitenciarias y carcelarias" colombianas.
Estas no brindaron a Moreno Hernández "la atención especializada que su caso requería debido a la dilatación de los procedimientos y tratamientos médicos", afirman los rebeldes.
Gobierno no escuchó "súplica"
Según las FARC, el fallecido formaba parte de los "71 presos políticos gravemente enfermos" por los que trataron de interceder grupos de DD.HH. y personalidades internacionales como el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, debido a que "su enfermedad era incompatible con la vida en reclusión".
"Lamentablemente esta súplica nunca fue escuchada por parte del Gobierno", señalan las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El pasado 15 de enero, la negociadores de las FARC denunciaron que el sistema carcelario de Colombia está "podrido" y exigieron cambios en la política penitenciaria del país, al enfatizar que esa problemática "choca" con el proceso de paz que se desarrolla desde 2012 en la capital cubana.
Las FARC y el Gobierno de Colombia retomaron el 2 de febrero las conversaciones de paz de La Habana con el objetivo de avanzar en el último punto de su agenda, relacionado con el cese el fuego bilateral y definitivo, el desarme y la desmovilización de los guerrilleros.