Uno de los gritos de batalla más sonoros de los activistas contra la desigualdad es el de denunciar al "1%" más acomodado de la población.
De Londres a Manhattan, son innumerables las protestas que se han centrado en torno a la brecha cada vez más grande entre los más ricos y el resto, reflejadas, según estos activistas, en la pugna entre el 1% privilegiado y el otro 99%.
Sin duda muchos activistas encontrarán nuevos motivos para sus reclamos al conocerse un nuevo pronunciamiento de la ONG británica Oxfam, en donde predice que, si continúan las actuales tendencias, para 2016 ese 1% más próspero de la población será dueño de más de 50% de la riqueza de la humanidad.
Pero al revisar la letra menuda del informe, sorprende que para ser parte de ese "club" del 1% no hay que tener una riqueza de proporciones oligárquicas, ni jet privado ni mansiones en todos los continentes.
En estricto sentido, ni siquiera hace falta ser millonario.
Pues las estadísticas citadas por Oxfam indican que para ser parte del 1% de la población, lo que se precisa es tener US$798.000 en activos.
Una casa de clase media
Una cifra que, por supuesto, está lejos de ser despreciable. Y que, sin duda, es inalcanzable para la enorme mayoría de la humanidad.
Pero muchos habitantes de los países más desarrollados, quienes probablemente se identificarían ellos mismos como de clase media, podrían alcanzarla con relativa facilidad gracias al valor de sus viviendas familiares.
Situación que, en todo caso, refleja con más intensidad el abismo de desigualdad en que vive el mundo.
Y sugiere que la cifra del 1% no refleja tan precisamente al pequeño grupo de potentados que dominan cada vez más el escenario económico del mundo.
Para describirlos con mayor precisión, podría ser más útil hablar del 0,1%, o incluso del 0,001% superior de la población mundial, que es donde están los verdaderos multimillonarios.
Dinero en serio
El pronunciamiento de Oxfam cita como una de sus fuentes al estudio "Global Wealth Databook" (Libro de datos sobre la riqueza global), revelado a final del año pasado por la firma financiera Credit Suisse.
En el grupo del 1% más rico de la humanidad, de acuerdo a dicho estudio, hay 295.000 brasileños, 233.000 mexicanos y 70.000 colombianos.
En el mismo documento se estima que en todo el mundo hay cerca de 35 millones de personas con un patrimonio entre US$1 millón y US$50 millones, quienes holgadamente entrarían al club del 1%.
De ellos, 15 millones viven en Norteamérica, 11,7 millones en Europa y cerca de 6,7 millones en el este de Asia.
Lo que deja, según el informe, a 925.000 millonarios en India, África y América Latina.
Ahora bien, para entrar al grupo de personas con patrimonio ultra alto, según la clasificación del Credit Suisse, se necesitan US$50 millones.
De ellos hay 128.000 adultos en el mundo.
Nuevamente, cerca de la mitad de estos privilegiados, unos 62.000, viven en Estados Unidos.
En América Latina, Brasil es la que lidera con 1.900 individuos en esta categoría.
Y en el extremo de la riqueza global, Oxfam estima que 92 individuos en todo el mundo con patrimonio superior a los US$1.000 millones tienen juntos más dinero que la mitad más pobre de la humanidad.
"Es increíble la cantidad de riqueza en manos del 0,001% y por eso buscamos calcular la riqueza de los multimillonarios, los que representan la punta misma del iceberg", le dice a BBC Mundo Nick Galasso, asesor para investigación y políticas de Oxfam America.
La mitad más pobre
El informe del Credit Suisse señala que, con un patrimonio de US$77.000, se entra al grupo del 10% más pudiente del mundo.
Y como lo muestra el mismo estudio, la mitad de la población del mundo tiene posesiones que valen menos de US$3.650.
El nivel de desigualdad que estas cifras reflejan "es preocupante, y no solo para aquellos en la base de la pirámide de ingresos y de riqueza", indica Robert Peston, editor de economía de la BBC.
"Una de las razones por las que preocupa es que la gente pobre con aspiraciones de ascender tiene incentivos grandes a contraer niveles excesivos de deuda para mantener sus estándares de vida, lo que aumenta la tendencia de la economía a sufrir crisis financieras", anota Peston.
"Otra razón es que los pobres en su conjunto gastan más que los ricos (pues un billonario no puede comprar más que unos cuantos yates, y buena parte de su fortuna se queda sin gastarse), por lo que el crecimiento ocurre generalmente más rápido cuando el ingreso se distribuye de manera más igualitaria", indica Peston.
¿Y las perspectivas de que esto cambie?
La atención al problema de parte de los dirigentes políticos mundiales parece estar aumentando. Pero todavía no se ven soluciones.
"En el ultimo año ha habido muchas declaraciones de líderes mundiales como Barack Obama o Christine Lagarde del Fondo Monetario Internacional sobre el aumento en la desigualdad, pero no se ha visto mucha acción y el problema está empeorando", le dice a BBC Mundo el asesor de Oxfam America Nick Galasso.