Trump restó importancia a daños en Puerto Rico: Katrina fue una catástrofe real
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Autor: Cooperativa.cl
El viaje del presidente se ha visto envuelto en la polémica desde antes incluso de haberlo programado.
A diferencia de lo sucedido en Houston, donde llegó apenas un par de días después del huracán Harvey, Trump se demoró casi tres semanas en llegar a Puerto Rico.
El multimillonario, cuya visita a la isla duró apenas unas horas, estuvo en el municipio de Guaynabo, próximo a San Juan.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no pudo dejar este martes atrás la polémica en su viaje a Puerto Rico, donde fue testigo de la devastación causada el pasado septiembre por el huracán María, al que el mandatario restó importancia por el bajo número de víctimas y por no tratarse de "una catástrofe real".
"Si miras a una catástrofe real como el Katrina (...), cientos y cientos y cientos de personas que murieron, y miras lo que ha pasado aquí, con una tormenta que realmente fue abrumadora", declaró Trump a su llegada a la base aérea Luis Muñiz, de la Guardia Nacional, en referencia al ciclón que azotó Nueva Orleans en 2005 y que dejó más de 1.800 muertos.
El viaje del presidente se ha visto envuelto en la polémica desde antes incluso de ser concebido puesto que, a diferencia de lo sucedido en Houston, ciudad a la que se acercó apenas un par de días después del paso del huracán Harvey, Trump se ha demorado casi tres semanas en llegar a Puerto Rico.
Además de la tardanza en realizar este viaje oficial, que el equipo del mandatario ha justificado por la falta de infraestructuras en la isla, los ciudadanos del Estado Libre Asociado de EE.UU. vienen criticando la lentitud con la que han actuado las autoridades federales.
El multimillonario, cuya visita a la isla duró apenas unas horas, estuvo en el municipio de Guaynabo, próximo a San Juan, que fue uno de los más afectados por la tormenta y que, al igual que gran parte de la isla, ha sufrido grandes restricciones desde que el ciclón tocó tierra en Puerto Rico el pasado 20 de septiembre.
En compañía de Rosselló, y de la comisionada residente de la isla (representante de Puerto Rico en el Congreso de EE.UU.), Jenniffer González, Trump aprovechó el paseo por el municipio para hablar con algunos de los residentes de Guaynabo a los que prometió ayuda y dijo que "el hormigón aguanta, pero la madera, no".
Pese a que el asunto de la ayuda del Gobierno federal tampoco ha estado exento de controversia estos últimos días, Trump no quiso rehuir el tema y volvió a insistir en el elevado coste que el paso del huracán va a suponer a las arcas de Washington.
"Odio decírselo, Puerto Rico, pero están haciendo que se vea desfasado nuestro presupuesto. Gastamos un montón de dinero en Puerto Rico y eso está bien, hemos salvado muchas vidas", afirmó con cierta sorna el presidente.
Este comentario ha tenido hoy su réplica por parte del líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, quien a través de un comunicado instó al presidente a que "pare de culpar a Puerto Rico", y que se arremangue la camisa "para encauzar las labores de recuperación", tal y como es su obligación.
Trump, lejos de intentar calmar la situación, utilizó este sábado su principal forma de comunicación, su cuenta personal de Twitter, para seguir echando leña al fuego criticando a la alcaldesa y afirmando que los puertorriqueños "quieren que se les haga todo cuando debería ser un esfuerzo de la comunidad".
Sin embargo, no son solo los isleños son los que consideran que la actuación del Gobierno Federal ha sido deficiente, sino que también han sido varios los congresistas estadounidenses que han acusado a Trump en los últimos días de no dar la suficiente importancia a la situación y haber actuado con lentitud en Puerto Rico.