Las lluvias torrenciales caídas en las últimas horas en los campos de refugiados del Sahara Occidental han afectado a más de 90 mil personas, 25 mil de los cuales han perdido sus hogares y se han quedado sin alimentos, según denunció este viernes la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
"Todo ha quedado destruido, no sólo las casas, sino los lugares de trabajo, las tiendas, las guarderías, las escuelas, los hospitales, las personas están en medio de la nada en uno de los lugares más inhóspitos del mundo", indicó en conferencia de prensa Amin Awad, director de Medio Oriente y Norte de África de la Acnur.
Desde el miércoles caen lluvias torrenciales encima de los campos de refugiados de Tinduf, en el sudoeste de Argelia, y la mayoría fueron total o parcialmente inundados.
A pesar de que se registran pocas precipitaciones en el Sahara, cuando cae la lluvia puede ser devastadora, dado que las casas están construidos con ladrillos de barro, recuerda la Acnur.
"El número de personas necesitadas de asistencia podría incluso crecer dado que está previsto que las lluvias torrenciales continúen hasta el domingo", agregó Melissa Fleming, portavoz de la entidad.
Por ahora no se han lamentado víctimas, pero la situación podría cambiar rápidamente dado que la mayoría de los refugiados se han quedado sin reservas de alimentos, agregó la portavoz.
La Acnur enviará en los próximos días 1.500 tiendas, y con la colaboración de Unicef y el Programa Mundial de Alimentos (PAM) distribuye agua y comida a los desplazados.