Los víveres comienzan a faltar en zonas de Indonesia afectadas por terremoto

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Autor: Cooperativa.cl

El movimiento telúrico que ya deja 3.735 víctimas mortales también hace notar los problemas de abastecimiento para los cerca de 200.000 damnificados.

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Los equipos de rescate siguen buscando sobrevivientes tras el terremoto que ha causado la muerte más de 3.700 personas en la isla de Java, mientras empieza a escasear la comida y el agua potable en las áreas más afectadas.

 

La gente comienza a acomodarse en improvisadas chozas y algunos de los afectados señalan que no han recibido ni agua ni alimentos, y destacan la dificultad de conseguir gasolina para desplazarse.

 

Y la llegada de la ayuda también se complica pues el aeropuerto de Yogyakarta, la capital provincial, permanece cerrado por los daños sufridos en uno de los tramos de la pista.

 

Por este motivo, las provisiones de socorro tienen que ser desviadas al aeropuerto de Solo y después transportada por carretera.

 

"Las 36 próximas horas serán una pesadilla logística", declaró el responsable de la respuesta de emergencia regional de Naciones Unidas, Puji Pujiono.

 

Además de la distribución de comida, agua potable y tiendas de campaña, Pujiono destacó que también necesitan medicinas y equipo médico.

 

La prioridad es buscar sobrevivientes

 

La Oficina del Gobernador de Bantul, informó que el número de muertos asciende hasta el momento a 3.735 personas.

 

En algunos barrios de la ciudad de Bantul tan sólo una de cada 10 casas quedó en pie tras el terremoto de 6,2 grados de intensidad, el mayor de las últimas décadas en la zona, ocurrido poco después del amanecer.

 

"El rescate de sobrevivientes es la principal prioridad", dijo el presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, quien se encuentra en la ciudad javanesa de Yogyakarta para supervisar las tareas de emergencia.

 

"Todavía hay muchas posibilidades de salvar vidas, desde ayer (sábado) hay más de 500 personas trabajando, entre el Ejército, la Cruz Roja, voluntarios", declaró Heri Nero, responsable de uno de los equipos de rescate desplegados en Yogyakarta.

 

"Esperamos que hoy (domingo) se incorporen equipos de Yakarta y quizás también alguno de otros países", añadió Nero.

 

Los equipos de rescate evacúan también los cadáveres de quienes no consiguieron salir a tiempo de sus casas y quedaron sepultados.

 

Familiares, vecinos y amigos de ambos barrios han empezado a enterrar en las últimas horas a centenares de víctimas mortales en fosas comunes, a medida que los cadáveres eran recuperados.

 

Continúan problemas en hospitales

 

En tanto, los centros sanitarios de Yogyakarta se encuentran desbordados por la catástrofe. Varios pacientes del hospital Muhammadiyah, en el centro de Yogyakarta, se quejaron de que habían tenido que comprarse su propio suero debido a la escasez, algo que los médicos del centro negaron.

 

Además de sueros, se necesitan antibióticos, anestesia, material quirúrgico, analgésicos y gasas.

 

"Necesitamos casi de todo, no tenemos maderas ni para hacer vendajes y estamos utilizando cartones", subrayó Gunawan, uno de los médicos de urgencias mientras atendía a una paciente de avanzada edad con una fractura en el tobillo.

 

El ruido de ambulancias es constante por toda la ciudad y siguen llegando heridos.

 

Sin embargo, más de la mitad de las personas atendidas ha sido dada de alta y los que quedan al menos ya no temen estar bajo un techo, porque la magnitud de las replicas ha disminuido.

 

"Ahora ya estamos tranquilos, los terremotos son pequeños", dice Purbonoto, un residente de Bantul que ha recibido varios puntos en la cabeza.

 

Riéndose, da una peculiar versión de las placas tectónicas: "Los temblores los provocan peces muy grandes, como ballenas, que chocan entre ellos en el fondo del mar". (EFE)

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