Además, 4,5 millones de personas sufren con la escasez de alimentos.
Se busca reunir 231 millones de dólares para ir en ayuda del país caribeño
Dos años después del devastador terremoto que arrasó Haití, 520.000 personas aún viven en campos de emergencia, 4,5 millones y medio de habitantes padece escasez de alimentos y el 60 por ciento de la población está desempleada.
Así lo han denunciado las agencias humanitarias de Naciones Unidas, que hicieron una evaluación de lo que se ha hecho hasta ahora en Haití tras el terremoto, destacando que aún queda mucho por resolver en el país caribeño y la falta de recursos, por lo que pidieron a los países donantes una contribución para este año de 231 millones de dólares (117.706 millones en moneda nacional).
Según Xavier Guenot, coordinador de alojamiento de la Federación Internacional de la Cruz Roja, el principal problema es que "por ahora no hay como resolver el problema de las 500.000 personas sin hogar".
Explicó que la mayoría de las personas arrendaban viviendas antes del sismo, y actualmente no sólo no tienen el dinero para eso, sino que en el caso de que lo tuvieran, tampoco existen suficientes casas.
"Por tanto la solución pasa por seguir construyendo y reconstruyendo casas. Pero haciéndolo correctamente para evitar nuevos daños en caso de un nuevo terremoto", agregó.
Antes y despuésCorinne Momal-Vanian, portavoz de la sede de Naciones Unidas en Ginebra, señaló "la falta endémica de empleos", dado que el desempleo afecta al 60 por ciento de la población, así como la necesidad de atraer inversiones extranjeras al país para ayudar a desarrollar la economía; no obstante, recordó que 400.000 personas trabajan en empleos relacionados con la reconstrucción.
Antes del sismo, Haití era el país más pobre del continente americano, donde el 75 por ciento de la población vivía con menos de dos dólares al día, el 70 por ciento no tenía un empleo fijo, el 47 por ciento no tenía acceso a atención médica, la mitad de los niños no iba a la escuela, y sólo el cinco por ciento de las carreteras se encontraban en buen estado, según el informe de la ONU.
Veinticuatro meses después del sismo, un millón de personas ya han sido realojadas, se han retirado cinco millones cúbicos de escombros (equivalente a cinco estadios de fútbol) y tres millones de personas recibieron ayuda para purificar el agua que consumen.
