El ex presidente de Ecuador Rafael Correa asegura en una entrevista con EFE que el Gobierno de su sucesor, Lenín Moreno, está "clínicamente muerto" e insiste en adelantar las elecciones para poder superar la crisis de los últimos días en su país.
"Tenemos un Gobierno clínicamente muerto, no hay Gobierno. Nadie va a reconocer la autoridad", declaró el político en Bruselas, donde reside.
Además, asegura que no había "ninguna necesidad" de llamar al Fondo Monetario Internacional (FMI) y que la crisis económica ha sido "inducida", tras adoptarse medidas desde el Ejecutivo para reducir los ingresos, aumentar el gasto y cortar las fuentes internas de financiación.
Correa se expresa así tras las protestas registradas en Ecuador a raíz de la decisión del Gobierno de Moreno de subir el precio de los combustibles, en las que murieron al menos siete personas y más de un millar resultaron heridas, según la Defensoría del Estado.
"Moreno debería ser juzgado por crímenes. Hay muertos, hay heridos, hay abusos", recalca sobre la represión de las protestas, que en su opinión han alcanzado una magnitud no vista ni durante la época de la dictadura.
Sin embargo, el domingo el Ejecutivo y los indígenas ecuatorianos llegaron a un acuerdo mediante el cual se derogará el decreto 883, que eliminó el subsidio a los combustibles.
Ese decreto respondía a las demandas de austeridad del Fondo Monetario Internacional y otras entidades a cambio de una línea de crédito por más de 10.000 millones de dólares.
Correa insiste en que Moreno no puede seguir gobernando y afirma que la "aceptación" del dirigente entre la población del país es "del 4 o el 3 %".
"Si tengo que estar allí para ayudar a recuperar la patria, estaré"
En ese sentido, señala que la Constitución permite adelantar las elecciones en Ecuador y agrega que de ese modo se podría volver a tener un Gobierno "legítimo que pueda seguir administrando el bien común".
"Pero, por cálculos políticos, como saben que perderán las elecciones, prefieren los grupos de poder que manejan a este presidente, porque él es un títere, mantenerlo en el poder a costa del país", apunta.
Preguntado sobre si él se presentaría a esos hipotéticos comicios, el exmandatario responde que su "plan" es quedarse en Bélgica, donde reside en la actualidad, pero no descarta concurrir a unos futuros comicios.
"Si tengo que estar allí para ayudar a recuperar la patria, estaré. Pero, en principio, mi plan de vida es estar aquí en Bélgica", indica.
"Si uno tiene que estar como candidato en cierto puesto para poder ganar y recuperar el país, tendré que estarlo, pero hasta recuperar el país", declara, y precisa que una vez que se haya vuelto a la "institucionalidad" y la "democracia" mediante una Asamblea Constituyente regresaría a Bélgica.
En cualquier caso, reconoce que si regresa a Ecuador lo encarcelarían por los casos judiciales que se han abierto en su contra, si bien asegura que "son tan ridículas las acusaciones que a nivel internacional nadie les ha hecho caso".
"Yo pongo un pie y me meten preso, y no hay problema, pero que me dejen inscribir como candidato para las elecciones", resalta, y asegura que con él quieren hacer "lo mismo que con Lula", el ex presidente brasileño que tuvo que ingresar en prisión por corrupción y no se pudo presentar a las elecciones.
"Tenemos un Gobierno en estado vegetativo"
Pese al acuerdo entre el Gobierno de Moreno y los indígenas, Correa niega que la crisis haya terminado con la derogación del decreto 883 y explica que "siguen los arrestos, los allanamientos". Como ejemplo, pone la detención este lunes de la prefecta (máxima autoridad) de la provincia de Pichincha, Paola Pabón.
Así, advierte de que si no se supera la crisis "de manera democrática", seguirá "acumulándose el descontento social popular" por motivos económicos, de inseguridad, de "estafa política" o de "abandono de lo social".
"Puede haber un estallido aún mayor", avisa, aunque también reconoce que la tensión social "puede ser que disminuya", y a la vez advierte de que el Gobierno "va a tener problemas a cada instante" y que Moreno es un presidente "sin autoridad".
"No va a poder gobernar en absoluto. Tenemos un Gobierno en estado vegetativo", afirma.
Sobre la virulencia de las protestas, considera que la población está "harta" tras "dos años y medio de engaño", el periodo que ha pasado desde que Moreno llegó al poder.
El ex presidente ecuatoriano también opina que las "bases" indígenas "desbordaron a la "dirigencia" de esos pueblos con su protesta.
"La dirigencia indígena hasta hace unas horas apoyó a Moreno, en la Asamblea", subraya y añade que la represión y la exclusión van a continuar y que "lamentablemente esa dirigencia indígena y el partido indígena Pachakutik se ha prestado y se sigue prestando para todo esto".
Ante las acusaciones del Gobierno de Moreno de que Correa se encuentra tras las manifestaciones, el exdirigente bromea con que gracias a su teléfono móvil "ha movido a decenas de miles de personas, ha financiado las protestas".
"Además es que tengo el don de la ubicuidad", ironiza después de que se dijera que había viajado hasta Venezuela.
"Es una muestra de los absurdos, de la desesperación de esta gente, que ya cae en lo patológico. Ya hay un desequilibrio mental", dice.