Mandatarios de Francia y Alemania rechazaron esta práctica.
John Kerry le restó importancia a la situación.
Hollande y Merkel expresaron su molestia.
Los mandatarios de Alemania y Francia calificaron como "inaceptable" el espionaje llevado a cabo por el Gobierno de Estados Unidos hacia las legaciones diplomáticas de países europeos.
Los alegatos surgieron luego de que se especulara con que la red de vigilancia global implementado por los organismos de seguridad estadounidenses y filtrada por el ex técnico de la CIA Edward Snowden alcanzaba también a representaciones diplomáticas de paíse de la Unión Europea.
"No podemos aceptar este tipo de comportamiento entre socios y aliados", subrayó el presidente de Francia, Francois Hollande, mientras que el ministro de Relaciones Exteriores de ese país, Laurent Fabius, manifestó su deseo de que "las autoridades estadounidenses despejen lo antes posible las legítimas inquietudes suscitadas por las revelaciones de la prensa".
En Alemania, a nombre de la jefa de gobierno, Ángela Merkel, el portavoz Steffen Seibert expresó que "las informaciones periodísticas no son hechos, hay que comprobarlas", pero añadió que de confirmarse que se practican controles sobre "instituciones y gobiernos", éstos son "inaceptables". "Ya no estamos en la guerra fría", manifestó.
Y el Ministerio de Asuntos Exteriores griego, a través de su portavoz, Konstantinos Kutras, se mostró partidario de actuar con cautela: "El supuesto espionaje, entre otros, de las misiones diplomáticas de Grecia por parte de un país amigo y aliado es inadmisible".
En respuesta a estas inquietudes, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, restó importancia a las acusaciones y afirmó que "todos los países del mundo que participan en los asuntos internacionales adoptan muchas medidas para proteger la seguridad nacional (...) No es algo inusual para muchas naciones".
