José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW), calificó en Cooperativa como "aberrante" y "cruel e inhumano" la separación de niños migrantes de sus familias tras cruzar ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos, que afecta al menos a 2.300 menores y es consecuencia directa de la política migratoria del presidente Donald Trump.
"Estamos ante una situación absolumente aberrante. (...) Nosotros tenemos gente en estos sitios, hemos podido entrar a los lugares de detención y hemos podido comprobar que en algunos casos son guaguas en pañales que han sido, por la fuerza, arrancadas de sus padres, que no tienen contacto alguno con ellos", reveló Vivanco, de nacionalidad chilena, en Lo Que Queda del Día.
"A estas alturas son 2.300 (niños) que han sido separados de los padres. Los padres no tienen el teléfono, no tienen cómo encontrar a sus hijos, y esto está en directa violación de la legislación americana e internacional", detalló.
"Primero, esto divide a las familias, esto es algo absolutamente inaceptable, no es posible justificar bajo ninguna circunstancia que un patrullero de fronteras, por la fuerza, le arranque a un padre o una madre un hijo", explicó el director ejecutivo del organismo.
Además, "en los hechos genera una situación de trato cruel e inhumano. Los efectos que este tipo de política tienen en los menores y en los padres, de acuerdo a todos los testimonios de la Asociación de Pediatras Americanos (American College of Pediatricians), puede ser hasta un daño irreparable", expuso.
"Aquí estamos frente a una extorsión directa" para facilitar la deportación y detener así la inmigración de centroamericanos, sostuvo Vivanco.
