El enviado especial de EE.UU. para Corea del Norte, Glyn Davies, declaró que hubo "pequeños progresos" al término de un día y medio de conversaciones con el viceministro norcoreano, Kim Kye-gwan, en el primer contacto entre ambos gobiernos desde el relevo de poder en Pyongyang.
Davies señaló a los periodistas que el nuevo régimen de Kim Jong-un, hijo del fallecido líder Kim Jong-il, no ha conllevado "nada dramáticamente diferente, en estilo o sustancia, en la posición de Corea del Norte", por lo que el diálogo mantenido hoy fue continuación de los de 2011 en Nueva York y Ginebra.
El negociador estadounidense se mostró optimista ante el desarrollo de las conversaciones, pero aseguró que en ningún caso se puede hablar de "grandes logros" y que ahora lo más urgente es viajar a Seúl y Tokio -lo que hará este fin de semana- para explicar la posición norcoreana a su vecino del sur y a Japón.
Davies, quien celebró los encuentros en las embajadas estadounidense y norcoreana en Pekín, aseguró que durante los mismos se trataron temas como la central nuclear norcoreana de Yongbyon (donde se procesa uranio enriquecido susceptible de ser usado con fines militares) o los derechos humanos.
La anfitriona China, por su parte, reiteró que el contacto bilateral es un paso positivo, y expresó su confianza en que sirva "para promover la reanudación de las conversaciones a seis", en palabras del portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Hong Lei.
Estas negociaciones, que acogió Pekín desde 2003 hasta 2008 junto a las dos Coreas, Japón, Rusia y EEUU, llevan paralizadas más de tres años, tiempo en el que Corea del Norte se ha unido al club de países con armas nucleares y ha protagonizado varias escaramuzas armadas contra el Sur, que han elevado la tensión en la región.