El lanzamiento desde la base aérea de Cabo Cañaveral (Florida, EE.UU.) de un cohete con un satélite espía estadounidenses fue abortado este sábado cuando la nave Delta 4-Heavy de United Lauch Alliance (ULA) tenía sus tres motores encendidos y estaba a punto para el despegue.
A las 07:28 horas (misma hora de Chile) , cuando solo faltaban tres segundos del despegue, una computadora detectó un fallo y abortó automáticamente la operación de lanzamiento.
La misión, que el jueves había sido atrasada para hoy por un problema en los neumáticos de la plataforma de lanzamiento, fue postergada ahora por al menos una semana, según dijo la compañía ULA, una empresa conjunta de Boeing y Lockheed Martin.
En un comunicado indicó que la cuenta atrás se detuvo "debido a un hecho no previsto cuando faltaban tres segundos para el despegue".
El presidente y director ejecutivo de ULA, Tory Bruno, señaló después en un tuit que el cohete no sufrió daños a causa "del aborto automático durante la secuencia de encendido" e indicó que el problema parece que se detectó en el sistema de tierra.
La interrupción del lanzamiento se hizo para proteger el vehículo y su carga, agregó.
Aunque los tres motores RS-68A Aerojet Rocketdyne del cohete de 235 pies (71,6 metros) de largo, el más grande de los que están en activo actualmente en el mundo, estaban prendidos y habían soltado una bola de fuego, todavía no habían logrado su plena capacidad y no se habían retirado las trabas cuando fueron apagados automáticamente.
El comentarista que transmitía para ULA el lanzamiento, Dillon Rice, que acaba de decir "tres, dos, uno y despegue", segundos después al ver que el cohete no se elevaba anunció que la operación se había abortado, tras lo cual los técnicos comprobaron que los motores estaban apagados y retiraron los tanques.
Es la primera vez que un lanzamiento de un cohete Delta 4 es abortada a punto del despegue.
El satélite espía que iba a poner en órbita pertenece a la Oficina de Reconocimiento Nacional del Gobierno de EE.UU., que, al ser un proyecto clasificado, no ha dado información alguna sobre para qué se va a utilizar.
El medio especializado Spaceflightnow.com indicó que según analistas ese satélite se va a colocar en una órbita a más de 22.000 millas (casi 36.000 km) de la Tierra para desplegar allí una antena del tamaño de un campo de fútbol para interceptar llamadas telefónicas, transmisiones de datos y otras comunicaciones de los enemigos de EE.UU.
Hasta ahora no se sabe si lo sucedido con este lanzamiento afectará a los otros previstos para este fin de semana desde Cabo Cañaveral, entre ellos el de un cohete Falcon 9 de SpaceX que lleva un satelite argentin de observación SAOCOM 1B, varias veces postergado.