Estados Unidos sigue en las "etapas iniciales" de su investigación sobre el ciberataque masivo que comenzó presuntamente en 2019 y penetró en los sistemas del gobierno federal y grandes compañías del país, y tardará aún "varios meses" en entender su alcance y tomar posibles represalias.
El ciberataque, que se detectó a finales del año pasado, tuvo "probablemente un origen ruso", pero Washington no ha identificado aún a los responsables concretos de un jaqueo que "se lanzó desde dentro de Estados Unidos", explicó este miércoles la encargada de centralizar la respuesta al suceso en la Casa Blanca, Anne Neuberger.
"Creemos que estamos en las etapas iniciales en lo que se refiere a entender las dimensiones y la escala" del ciberataque, dijo en una rueda de prensa Neuberger, que ocupa el cargo de viceasesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca para Ciberseguridad y Tecnologías Emergentes.
Los responsables del ataque se adentraron en todo tipo de sistemas a través de las actualizaciones de un popular programa de la empresa tecnológica estadounidense SolarWinds, llamado Orion y que usan para monitorear redes informáticas tanto el gobierno como cientos de grandes compañías.
Hasta ahora, se ha confirmado que nueve agencias y departamentos del gobierno estadounidense y alrededor de 100 empresas del sector privado han visto sus sistemas "comprometidos" por la actualización maliciosa, que descargaron "unas 18.000 entidades", explicó Neuberger.
Las principales agencias de inteligencia estadounidenses concluyeron en enero que el ciberataque fue un acto de espionaje, por lo que se espera que no solo tenga costes económicos, sino también "relacionados con la seguridad nacional de Estados Unidos", añadió la funcionaria.
El gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, está trabajando simultáneamente en reparar los daños causados por el ciberataque, entender cómo ocurrió y diseñar posibles respuestas al mismo, y aún tardará "varios meses" en llegar a conclusiones, apuntó Neuberger.
Biden, que ha prometido tomar represalias "sustanciales" por el ciberataque, firmará pronto una orden ejecutiva destinada a corregir las "brechas" que Estados Unidos ha detectado en su red de ciberseguridad durante la investigación del jaqueo, agregó.
El Kremlin ha negado públicamente que tuviera algo que ver con ese ciberataque, pero Washington mantiene sus sospechas al respecto, y Biden expresó su preocupación sobre el tema durante una llamada telefónica a finales de enero con su homólogo ruso, Vladímir Putin.