El ex vicepresidente Joe Biden y el senador Bernie Sanders protagonizarán este domingo su primer cara a cara de las primarias presidenciales demócratas, en un debate que se llevará a cabo sin público debido a la situación de emergencia creada por la propagación mundial del coronavirus.
Ambos aspirantes, uno de los cuales deberá enfrentarse al presidente Donald Trump en los comicios del 3 de noviembre, han suspendido sus principales actos de campaña y, de hecho, el propio debate estaba previsto que se llevara a cabo ante una audiencia en Phoenix (Arizona), pero su formato tuvo que ser modificado y trasladarse a Washington debido a la rápida propagación de COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
Tanto el equipo de campaña de Biden como el de Sanders están trabajando desde hace días desde sus casas, mientras que los actos de campaña que se mantienen, se están organizando de manera virtual.
Pese a que Luisiana y Georgia han anunciado la postergación de sus primarias, para el próximo martes se mantienen las convocatorias a las urnas en Arizona, Illinois, Ohio y Florida, que se presentan decisivas para elegir entre ellos al candidato presidencial demócrata.
Biden parte con ventaja, pues ya ha sumado al menos 890 delegados en la veintena de primarias y caucus celebrados hasta ahora, frente a los 736 de Sanders, aunque todavía está lejos de los 1.991 compromisarios que se necesitan para convertirse en el candidato demócrata, por lo que el debate de este domingo se presenta como uno de sus últimos cartuchos para acortar distancias.
El ex vicepresidente representa al ala moderada del Partido Demócrata, frente a un Sanders que encarna las aspiraciones de los sectores más izquierdistas de la agrupación, dos facciones rivales de un partido profundamente dividido que debe ahora decantarse entre dos aspirantes que son hombres, blancos y de más de 70 años, tras la retirada de aspirantes más jóvenes que presentaban una mayor diversidad de razas y sexos.
"Trump debe ser derrotado"
"Donald Trump debe ser derrotado y haré todo lo posible para hacer que eso ocurra. El domingo, en el primer debate cara a cara, el público estadounidense tendrá la oportunidad de ver quién es el mejor candidato para lograr esa meta", adelantó Sanders días atrás al hablar del debate.
Por su lado, Biden se espera que intente no ponérselo fácil al senador por Vermont, y que, además de la crisis del coronavirus, el debate gire en torno a temas como el peligro de que el país se esté adentrando de nuevo en una crisis económica, la inmigración, el cambio climático, la reforma del sistema penal, la pobreza infantil y la reforma de las políticas de financiación de las campañas electorales.
Aparte de Biden y Sanders, en la carrera presidencial demócrata sólo queda la representante por Hawai, Tulsi Gabbard, una mujer de 38 años que tiene ascendencia india, polinesia y blanca, pero que sólo ha ganado un par de delegados en las primarias de la Samoa Americana y que, por tener menos de un 3 por ciento de la intención de voto en las encuestas, quedó fuera del debate.