Loro gris fue el testigo clave de un crimen en EE.UU.
Bud repitió la última frase de la víctima: "No dispares".
Bud repitió la última frase de la víctima: "No dispares".
Bud fue el testigo clave de un delito cometido por una mujer en el estado de Michigan, EE.UU. Él vio todo lo que ocurrió en 2015 y después se lo contó a la policía. Lo curioso de este caso es que Bud es un loro.
De acuerdo a los medios estadounidenses, la mascota habría estado presente en el momento del crimen, ya que repetía constantemente las que se cree fueron las últimas palabras de su dueño.
Glenna Duram, de 49 años, fue condenada por asesinar a su esposo, Martim Duram, de 46 años, de cinco disparos en el pecho. El terrible crimen fue presenciado por la mascota de la pareja.
En los días posteriores al suceso, el ave no podía parar de repetir la última frase del fallecido antes de morir: "Don't fucking shoot!" (¡No dispares, maldita sea!). Duram intentó suicidarse después de asesinar a su esposo, pero no lo logró.
El "testimonio" de Bud, un loro gris africano, fue suficiente para condenar a la mujer, después de la insistencia de la fiscalía. Bud quedó se quedó sin hogar, por lo que Christina Keller, ex esposa de la víctima, decidió acogerlo.
Keller fue quien alertó a las autoridades de la repetitiva frase que el ave.