Martin Richard, de ocho años, quería abrazar a su papá cuando éste cruzara la meta.
Fue una de las tres víctimas fatales de las explosiones en la meta del maratón.
Richard llevó un cartel para apoyar a su papá.
La muerte que más ha impactado tras las explosiones en el Maratón de Boston es la del pequeño Martin Richard , de 8 años, quien estaba en la meta de la carrera esperando a que su padre terminara la competencia para abrazarlo, pero no pudo hacerlo.
El niño se convirtió en una de las tres víctimas fatales de las dos explosiones que sacudieron el maratón más antiguo del mundo. Richard murió tras ser alcanzado por las detonaciones.
Martin Richard estaba esperando junto a su madre y sus hermanos a que su padre, William, completase el maratón, según reveló el Boston Globe.
Esta tragedia golpeó con fuerza a a la familia: la hermana de Martin, de seis años, perdió una pierna y la madre se encuentra gravemente herida, por lo que tuvo que ser operada en la noche del lunes.
Los tres se encontraban en la recta final del maratón cuando se produjo la explosión, según relatan el diario Boston Globe y la cadena de televisión CNN.
El padre salió ileso de los ataques.
