El hombre fue condenado a inyección letal por sus crímenes.
En sus últimas palabras agradeció apoyo de familia y amigos.
Actualmente hay programadas cinco ejecuciones más para este año en Texas.
Un pandillero identificado como Robert Garza, condenado a muerte por el asesinato de cuatro mujeres en 2002, fue ejecutado este viernes por inyección letal en la prisión de Huntsville, según informaron las autoridades de Texas, EE.UU.
Garza, de 30 años, fue ejecutado después de que la Corte Suprema de Justicia desestimara una última petición de apelación presentada por la defensa.
Las últimas palabras de Robert Garza fueron para su familia: "Quiero agradecer a toda mi familia y amigos por el apoyo que me han brindado. Los amo y me alegra que estén todos a mi lado en estos momentos. Yo sé que es duro para todos ustedes. Te amo Jennifer, mamá, Jaime, Cory, David. Gracias a Dios por estar conmigo".
Garza había sido declarado culpable por un jurado y sentenciado a pena de muerte por el asesinato de María de la Luz Basaldúa, Lourdes Araujo, Celina Linares y Danitzene Vásquez.
A la ejecución asistieron su madre, Silvia Garza; su padrastro, Jaime del Cerda; hijos y hermanos del preso y María Martínez, su consejera espiritual. También presenciaron los últimos minutos de vida del preso algunos familiares de las víctimas.
Los abogados de Garza intentaron a lo largo de los últimos años que su cliente no fuera ejecutado, argumentando que Garza nunca llegó a disparar las armas con las que se cometió el crimen.
Garza, sin embargo, reconoció en el juicio que sí conocía el plan para matar a las cuatro mujeres y fue testigo del crimen, pero no autor material.
Asesinos pertenecían a pandilla
En el asesinato participaron otras 13 personas, todas ellas miembros junto a Garza de la pandilla "Try City Bomber", que operaba en la frontera con México.
Los hechos ocurrieron el 4 de septiembre de 2002. Según el relato de entonces de la Fiscalía de Texas, una de las mujeres asesinadas, que trabajaba en el bar de Garza, se había ofrecido a llevar a su domicilio a sus compañeras.
Las mujeres fueron tiroteadas por los hombres cuando el vehículo en el que viajaban se detuvo frente a una casa, y posteriormente los atacantes abordaron otro automóvil, en el que emprendieron la huida, pero que después abandonaron porque se quedó sin gasolina.
Durante el juicio en contra de Garza y sus cómplices se determinó que todos ellos eran miembros de la "Tri City Bomber", habían actuado bajo órdenes de un líder de la pandilla y tenían como objetivo a una de las mujeres, por considerar que había sido testigo de actividades criminales.
Garza fue declarado culpable por un jurado y sentenciado a pena de muerte en virtud de las leyes estatales, que consideran culpable no sólo a los autores directos de un asesinato sino también a quienes tengan un papel secundario.
Con la muerte de Robert Garza son ya doce los presos ejecutados en lo que va de año en Texas, y el segundo hispano en ser encaminado a la cámara de la muerte para el suministro de la inyección letal.
