Un terremoto eclesiástico vive el estado de Pennsylvania, en Estados Unidos, luego de revelarse un informe judicial que determinó que más de 300 sacerdotes abusadores sexuales que han sido encubiertos -tanto por los funcionarios de la Iglesia en el estado, como por el Vaticano- en los últimos 70 años.
En la investigación, además, se logró identificar a más de mil víctimas infantiles, siendo la investigación más exhaustiva que se ha llevado a cabo sobre abuso sexual de la Iglesia Católica en Estados Unidos, asegura el diario español El País.
El fiscal general del estado, Josh Shapiro, entregó los detalles del informe en que se concluye que se realizó un "encubrimiento sistemático" de los casos y aseguró que "lo principal no era ayudar a los niños, sino evitar el escándalo".
Como consecuencia de esto, "casi todos los casos de abuso que encontramos son demasiado viejos para ser enjuiciados", declara el informe.
El documento publicado por la Corte Suprema de Pennsylvania describe el comportamiento de sacerdotes de seis de las ocho diócesis del estado.
"Varios administradores diocesanos, incluidos los obispos, a menudo disuadieron a las víctimas de denunciar abusos a la policía, presionaron a las fuerzas del orden público para que cancelaran o evitaran una investigación o llevaron a cabo su propia investigación deficiente y sesgada, sin informar los crímenes contra los niños a las autoridades correspondientes", señala el informe.
El fiscal, que realizó una conferencia de prensa, contó algunos detalles de los casos, como que algunos abusadores entregaban cruces de oro a los niños que eran víctimas para distinguirlos de los otros, o el caso de una niña violada y embarazada por un sacerdote.
"Algunos fueron manipulados con alcohol o pornografía. A algunos les hicieron masturbar a sus agresores, o fueron manoseados por ellos. Algunos fueron violados oralmente, algunos vaginalmente, algunos analmente", señala el documento.
