La ONU, la Unión Europea y los principales países árabes rechazaron la decisión unilateral del presidente de EEUU, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, y expresaron su grave preocupación por las consecuencias de esta iniciativa.
El anuncio de Trump, recibido con profundo agradecimiento en Israel y gran irritación en Palestina, fue criticado por la gran mayoría de las instituciones internacionales, e incluso el papa Francisco pidió sin éxito a Trump que respetara el estatus de Jerusalén antes de que se hiciera oficial la decisión.
El presidente palestino, Mahmud Abás, dijo que el anuncio de Trump viola "todas las resoluciones y acuerdos internacionales" y anima a Israel "a seguir con la política de ocupación, asentamiento y limpieza étnica".
En sentido contrario, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, valoró como "justa y valiente" la decisión, que a su juicio "es un paso importante para la paz porque no hay paz que no incluya Jerusalén como capital del Estado de Israel".
El secretario general de la ONU, António Guterres, reaccionó también al anuncio de Trump para dejar claro que el estatus final de Jerusalén debe ser resuelto en negociaciones directas entre Israel y los palestinos, y recalcó la necesidad de avanzar hacia la solución de dos estados.
Guterres rechazó una vez más las "medidas unilaterales" y advirtió de que cualquier decisión que no sea aceptada por todas las partes "podría poner en peligro la posibilidad de la paz entre israelíes y palestinos".
UE expresa preocupación
La Unión Europea también expresó su "grave preocupación" por la decisión de Trump y "las repercusiones que esto puede tener en las perspectivas de paz", indicó la alta representante comunitaria para la Política Exterior, Federica Mogherini, en un comunicado.
"Deben cumplirse las aspiraciones de ambas partes y se debe encontrar una manera, a través de negociaciones, de resolver el estatus de Jerusalén como la futura capital de ambos Estados", afirmó Mogherini.
Desde Argel el presidente de Francia, Emmanuel Macron, calificó de "lamentable" la decisión de su colega estadounidense e instó a todas las partes a la calma y a la responsabilidad para "evitar la violencia a toda costa y favorecer el diálogo".
"El compromiso de Francia y Europa es con la solución de los dos estados, Israel y Palestina, viviendo uno al lado del otro en paz y seguridad en fronteras internacionalmente reconocidas, con Jerusalén como capital de ambos", afirmó Macron.
Reino Unido: Decisión "poco útil"
Incluso un aliado fiel de EEUU como el Reino Unido también criticó la medida y calificó de "poco útil" para la paz la decisión de Trump.
La primera ministra británica, Theresa May, explicó además que el Reino Unido mantiene Tel Aviv como base para su embajada en Israel y "no tiene planes de trasladarla", al tiempo que defendió que el futuro de Jerusalén "debe determinarse en un acuerdo negociado entre israelíes y palestinos".
Jerusalén debe "en último término, ser la capital compartida de los Estados de Israel y Palestina", dijo May, que resaltó que Londres considera Jerusalén Este como "parte de los territorios palestinos ocupados".
Países árabes temen efectos en Medio Oriente
Jerusalén Este, que los palestinos reclaman como capital de su futuro Estado, está ocupada por Israel desde la Guerra de los Seis Días de 1967, y fue anexionada en 1980 en una decisión unilateral israelí que no reconoció la comunidad internacional.
Como era previsible los países árabes condenaron con dureza la decisión de Trump y mostraron su temor ante las consecuencias que este paso pueda acarrear en Oriente Medio.
Egipto, aliado de EEUU en la región, y Jordania rechazaron la medida y recordaron que la misma supone una violación de las resoluciones internacionales.
Antes de conocerse el anuncio oficial, la Liga Árabe ya había convocado una reunión de emergencia para el próximo sábado de los ministros de Exteriores de la región de Oriente Medio para abordar la cuestión.
Desde Arabia Saudí, otro socio destacado de EEUU en la región, el ministro de Turismo, el emir Sultán bin Salmán bin Abdelaziz, reafirmó el apoyo de su país "al pueblo palestino y su capital, Jerusalén".