El enviado especial de Estados Unidos para Corea del Norte, Stephen Biegun, viajó hoy a Seúl para reunirse con representantes de Pionyang y preparar la segunda cumbre entre los líderes de ambos países, Donald Trump y Kim Jong-un, prevista para finales de febrero.
Tras su llegada a Seúl, Biegun se reunirá con el delegado de Corea del Sur para la desnuclearización de Corea del Norte, Lee Do-hoon, con vistas a coordinar las posturas de sus países sobre el diálogo con el régimen norcoreano para su desnuclearización, señalaron fuentes surcoreanas a la agencia de noticias local Yonhap.
El enviado estadounidense tiene previsto reunirse el lunes en la frontera intercoreana con el nuevo interlocutor del régimen de Pionyang para el diálogo con Washington y exembajador de Corea del Norte en España, Kim Hyok-chol, con el objetivo de ultimar detalles de la cumbre, según las mismas fuentes.
Se espera que estas reuniones sirvan para concretar la fecha y el lugar de la segunda cumbre entre Kim y Trump, después de que el mandatario de la Casa Blanca anunciara hace dos semanas que la reunión tendría lugar hacia finales de febrero.
Kim Hyok-chol estuvo en la delegación que acompañó al responsable de la inteligencia norcoreana, Kim Yong-chol, durante su viaje a Washington a mediados de enero para reunirse con Trump y el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, y avanzar en los preparativos de la cumbre.
Desnuclearización atascada
Los medios estadounidenses han informado que la ciudad vietnamita de Danang, en la costa del mar de China, es el lugar favorito de los equipos negociadores de ambas partes para acoger la nueva reunión entre Trump y Kim, después de que también sonaran Hanoi y Tailandia como posibles sedes.
Corea del Norte y Estados Unidos confían en que su segundo encuentro al máximo nivel sirva para desatascar el diálogo sobre desnuclearización.
En su primera cumbre, celebrada el pasado junio en Singapur, Kim y Trump acordaron trabajar para la desnuclearización de Corea del Norte a cambio de que Washington garantice la supervivencia del régimen que controla ese país, pero el proceso apenas ha mostrado avances ante la falta de una hoja de ruta.