El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este lunes que subirá los aranceles al acero de Turquía hasta el 50 por ciento, al mismo nivel anterior a la reducción de esos gravámenes en mayo pasado, y descartó alcanzar un acuerdo comercial con Ankara por sus "acciones desestabilizadoras" en Siria.
"Los aranceles al acero se incrementarán hasta un 50 por ciento, el nivel anterior a la reducción en mayo. Estados Unidos también detendrá inmediatamente las negociaciones con respecto a un acuerdo comercial de 100.000 millones (de dólares) con Turquía", dijo Trump en un comunicado.
Trump también advirtió que "pronto" emitirá una orden ejecutiva "autorizando la imposición de sanciones contra los funcionarios actuales y anteriores del Gobierno de Turquía y cualquier persona que contribuya a las acciones desestabilizadoras de Turquía en el noreste de Siria".
"La orden autorizará una amplia gama de consecuencias, incluidas sanciones financieras, el bloqueo de bienes y la prohibición de entrada a Estados Unidos", agregó.
En ese documento oficial, el mandatario defendió la labor de Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico (EI) y justificó de nuevo su decisión de retirar las tropas norteamericanas del norte de Siria, zona del conflicto.
Asimismo, consideró que la ofensiva militar de Turquía "pone en peligro a civiles y amenaza la paz, la seguridad y la estabilidad en la región".
"He sido perfectamente claro con el presidente (turco, Recep Tayyip) Erdogan: la acción de Turquía está precipitando una crisis humanitaria y está estableciendo condiciones para posibles crímenes de guerra. Turquía debe garantizar la seguridad de los civiles, incluidas las minorías religiosas y étnicas", señaló.
En este sentido, aseguró que su Gobierno "utilizará agresivamente las sanciones económicas para atacar a aquellos que permiten, facilitan y financian estos actos atroces en Siria".
"Estoy completamente preparado para destruir rápidamente la economía de Turquía si los líderes turcos continúan por este camino peligroso y destructivo", subrayó.
El Ejército turco comenzó la invasión del norte de Siria el pasado 9 de octubre, después de que Estados Unidos, aliado de los kurdos en la guerra contra el EI, anunciara su retirada de la zona ante la inminencia de la operación, lo que ha sido considerado como una "traición" por las Fuerzas Democráticas Sirias (FSD).
Turquía quiere arrebatar a los kurdos el control de 480 kilómetros de largo y 30 kilómetros de ancho de lo que ha denominado "zona de seguridad" para sacar de allí a las FSD y a su principal grupo, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), a la que considera una organización terrorista vinculada con la guerrilla del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK).