El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este martes un decreto que prohíbe las transacciones con ocho aplicaciones informáticas de pago chinas, entre ellas Alipay, WeChat Pay y OO Wallet.
La prohibición, que también afecta a las aplicaciones CamScanner, SHAREit, Tencent QQ, VMate y WPS Office, tiene como objetivo limitar la amenaza de aplicaciones informáticas chinas con capacidad de acceder, a través de teléfonos inteligentes, tabletas u ordenadores, a datos sensibles de cientos de miles de estadounidenses.
"Esta recopilación de datos amenaza con proporcionar al Gobierno de la República Popular China y al Partido Comunista Chino acceso a la información personal y de propiedad de los estadounidenses, lo que permitiría a China rastrear la ubicación de los empleados y contratistas federales", reza el decreto firmado por Trump.
El veto entrará en vigor dentro de 45 días -cuando Trump ya haya abandonado el poder- y afectará a cualquier transacción a través de esas aplicaciones con personas o propiedades sujetas a la jurisdicción de los Estados Unidos.
Los esfuerzos de China por robar datos de estadounidenses muestran la intención de ese país de utilizarlos "para promover su agenda de seguridad económica y nacional", agrega.
El decreto menciona varias intrusiones cibernéticas atribuidas a China en los últimos años que comprometieron los datos de millones de estadounidenses, incluida una del ejército chino a la empresa Equifax en 2017, que afectó a la información personal de casi la mitad de todos los estadounidenses.
"Estados Unidos debe tomar medidas agresivas contra quienes desarrollan o controlan aplicaciones de software conectadas en China para proteger nuestra seguridad nacional", dijo Trump en el texto de su orden ejecutiva.
Esta decisión aumenta las tensiones con China en vísperas de que el próximo 20 de enero Trump tenga que entregar la Presidencia al demócrata Joe Biden, ganador de las elecciones de noviembre pasado.
Estados Unidos ha acusado en numerosas ocasiones a China de estar detrás de ciberataques contra sus empresas o instituciones, pero su respuesta ha sido siempre negarlo y afirmar que es precisamente Washington quien promueve el espionaje contra gobiernos, empresas o individuos de otros países.