Un niño de siete años se quejó con sus papás por una situación que lo aterrorizaba: les dijo que era una sala en su colegio y ellos no entendieron bien hasta que descubrieron la grabación de una cámara de vigilancia. Staley Sandy-Ester había sido diagnosticado con déficit de atención con hiperactividad por lo que lo pusieron en una escuela presuntamente especializada en educar a niños con dificultades emocionales y de conducta, el colegio Gages Lake de Chicago, Estados Unidos. Pero una investigación reveló cómo de forma rutinaria a Staley y a otros niños los recluían en una pequeña pieza, donde el aislamiento era frecuente. La denuncia motivó a una veintena de investigaciones a establecimientos de la zona con malas prácticas con sus alumnos pequeños.