Un padre y una madre fueron arrestados este martes en California y enfrentan posibles cargos por tortura tras descubrirse que tenían secuestrados a sus 13 hijos en condiciones insalubres, informaron medios locales.
Los hijos, de edades entre 2 y 29 años, fueron encontrados atados a las camas y con signos de malnutrición en la casa familiar, indicaron en un comunicado las autoridades del condado de Riverside, en el sur de California.
Los padres, David Allen Turpin (57 años) y Louise Anna Turpin (49), enfrentan posibles cargos por tortura y por poner en riesgo a sus hijos, y han sido trasladados al centro de detención local Robert Presley, con una fianza de 9.000 millones de dólares para cada uno.
La Policía descubrió lo que estaba ocurriendo gracias a que una de las víctimas, una joven de 17 años, consiguió escapar de la residencia familiar, situada en la ciudad de Perris, y llamó a los agentes desde un teléfono que encontró en la casa.
Según el relato policial, la chica narró una situación de espanto: ella y sus 12 hermanos y hermanas estaban secuestrados por sus padres en el hogar familiar, algunos incluso con cadenas y candados.
Entonces, los agentes contactaron a los padres, quienes "fueron incapaces de dar una razón lógica al hecho de que sus hijos estuvieran retenidos de esa manera", explicaron los policías.
"Hambrientos"
En la casa, los agentes se sorprendieron al ver que muchas de las víctimas aparentaban bastante menos edad de la que realmente tienen, probablemente debido a las pésimas condiciones en las que los tenían sus padres.
La joven que les avisó, por ejemplo, tiene 17 años pero los agentes estimaron que aparentaba unos 10.
Es más, la Policía pensó que todos eran menores, pero en realidad siete son adultos de entre 18 y 29 años.
Los agentes encontraron en la casa a "varios de los chicos atados a sus camas con cadenas y candados en un ambiente oscuro y maloliente", según la descripción policial, además, los hermanos estaban "sucios" y parecían "malnutridos".
Tanto los seis menores como los siete adultos víctimas de este suceso reciben tratamiento en hospitales de la zona.
Enseguida se les proporcionó comida y bebida; la mayoría de ellos dijeron estar "hambrientos".
Los servicios de protección social colaboran en la investigación.
Según información pública obtenida por medios locales, los padres vivían en esa dirección desde 2010 y anteriormente habían residido muchos años en Texas.
Además, tuvieron dos veces una bancarrota.