Poco a poco Los Ángeles recupera la normalidad tras los eventos que tuvieron lugar este viernes en el aeropuerto internacional de la ciudad californiana, cuando un joven armado con un fusil de asalto abrió fuego en el interior de una terminal, matando a un agente de seguridad e hiriendo a otras siete personas.
El atacante -identificado como Paul Ciancia, de 23 años y originario de Nueva Jersey- se encuentra hospitalizado en estado grave por las heridas de bala que recibió cuando se enfrentó a la policía.
En las últimas horas se han ido conociendo más detalles sobre Ciancia, quien residía en Los Ángeles desde hace un tiempo.
Al parecer, tras su detención encontraron entre sus pertenencias una nota en la que el joven mostraba su desprecio hacia el gobierno y los agentes de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA, por sus siglas en inglés), quienes se encargan desde 2001 de gestionar la seguridad en los aeropuertos de Estados Unidos.
Precisamente el agente fallecido -quien fue identificado como Gerardo Hernández- formaba parte de la plantilla de la TSA, igual que dos de los heridos.
Hernández es el primer agente de la TSA que muere realizando su trabajo.
Medios estadounidenses informaron que durante el ataque el joven preguntó a varias personas con las que se cruzó si formaban parte de la TSA.
Si la respuesta era negativa, les dejaba marchar.
En la nota que se le encontró encima al parecer aseguraba que no quería hacerle daño"a gente inocente".
Contacto con su familia
También se informó que horas antes del ataque Ciancia contactó a su familia. El joven le habría enviado un mensaje de texto a su hermano menor, diciendo que estaba preparado para morir.
Fue entonces cuando su padre telefoneó a Allen Cummings, jefe de policía de Pennsville, la localidad de Nueva Jersey en la que viven los Ciancia, para que le ayudara a localizar a su hijo.
Cummings llamó a la policía de Los Ángeles y les pidió que fueran al apartamento del joven para comprobar que todo estaba bien.
Los oficiales no encontraron a Ciancia en la vivienda, aunque dos de sus compañeros de casa contaron que lo habían visto la noche anterior y que parecía estar en buen estado.
Un ex compañero de escuela de Ciancia aseguró al diario Los Angeles Times que el joven tenía una personalidad introvertida y que no se le solía ver acompañado.
Pánico entre los pasajeros
Los eventos de este viernes se iniciaron pasadas las 9 de la mañana hora local cuando Paul Ciancia entró en la terminal 3 del aeropuerto de Los Ángeles, sacó de una bolsa un fusil semiautomático y empezó a disparar.
El joven tomó unas escaleras hasta el primer piso y se dirigió a uno de los puntos de seguridad de la instalación, donde disparó contra al menos tres agentes de la TSA.
Entonces entró en la zona donde se encuentran los pasajeros esperando para embarcar. Tras caminar unos metros fue abatido por uno de los policías del aeropuerto.
Nada más iniciarse el tiroteo se desató el pánico en el aeródromo. Algunas personas se tiraron al suelo y otras salieron corriendo. Algunos grupos de pasajeros escaparon a través de las puertas de emergencia del edificio.
Según le explicó a BBC Mundo Vernon Cárdenas, uno de los testigos de lo sucedido, mucha gente lloraba y gritaba y algunas personas resultaron heridas intentando huir.
Cárdenas contó que llegó a ver al atacante, quien "parecía estar confundido. Llevaba el rifle en la mano e iba vestido con ropas oscuras".
Seis de los heridos en el incidente fueron trasladados a hospitales cercanos y al menos uno de ellos se encuentra en condición crítica.
Este suceso ha desatado un debate en EE.UU. sobre la necesidad de armar a los agentes de la TSA, quienes realizan su trabajo sin portar ningún tipo de armas.