Focos centrales de vigilancia de los agentes hispanos este fin de semana serán las procesiones religiosas, carreteras, vías férreas, puertos, aeropuertos y represas.
El Gobierno español movilizó 120 mil agentes del Estado para garantizar la seguridad ante el temor a nuevas acciones terroristas durante el fin de Semana Santa. Los agentes vigilan los medios de transporte, carreteras, edificios públicos, fronteras y todos aquellos lugares donde haya una gran concentración de gente con motivo del feriado religioso.
Por razones obvias el Ejecutivo se ha negado a entregar detalles de los planes, potenciados a raíz de los sangrientos atentados del 11 de marzo en Madrid.
Uno de los puntos de mayor atención de los operativos estará en las procesiones que se celebran en toda España con asistencia de miles de familias, lo que las transforma en un posible foco de atentados, no sólo por la multitud concentrada, sino por cuestiones religiosas, según fuentes del Ministerio del Interior.
Otro gran operativo de seguridad se montará en las playas, otro destino importante de la población en esta fecha. Las fuentes oficiales recordaron que las costas han sufrido atentados de la organización separatista vasca ETA para perjudicar el turismo, principal fuente de ingresos del país.
Las llegadas y salidas en las grandes ciudades, así como puntos estratégicos de las carreteras, estarán celosamente vigiladas para evitar sabotajes.
Del mismo modo se está vigilando el transporte ferroviario. Desde el pasado 2 de abril entre 13 y 20 mil militares recorren por turnos las vías y existe también un fuerte control sobre los puertos marítimos y aeropuertos, con especial cuidado sobre los vuelos procedentes de Africa.
El despliegue tampoco ha dejado fuera la vigilancia sobre los centros de comunicación, centrales nucleares y represas para evitar que el agua pueda ser envenenada.
