Con la presencia de casi 2.000 personas y decenas de autoridades de diversos países, fue realizado el oficio religioso en honor de los fallecidos el 11 de marzo en la capital española.
La madre de una de las víctimas de los atentados en Madrid hizo "responsable" al presidente de España, José María Aznar, de la muerte de su hijo, minutos antes del inicio de la ceremonia religiosa.
"Señor Aznar, le hago responsable de la muerte de mi hijo", se escuchó en la catedral de La Almudena, justo en el momento en que el jefe del Ejecutivo se disponía a sentarse junto a su esposa, Ana Botella, tras haber entrado con la Familia Real española.
Con "El misterio de la muerte" de Johann Sebastian Bach comenzó el oficio religioso en honor de las personas muertas el pasado 11 de marzo en los ataques a cuatro estaciones ferroviarias de la capital española.
El funeral de Estado se realizó en la catedral de la Almudena de Madrid, con la asistencia de unas 2.000 personas, de una quincena de jefes de gobierno de diversos países y autoridades españolas, que acompañaron a los familiares de los fallecidos.
Los reyes Juan Carlos y Sofía, quienes presidieron la ceremonia, llegaron poco antes de las 11:00 GMT al templo, acompañados por el resto de la familia real, en donde recibieron a las delegaciones extranjeras.
En el interior de La Almudena se encontraban los familiares de las víctimas de los más graves atentados sufridos en España, que causaron la muerte de alrededor de 190 personas.
Además, los atentados perpetrados el 11 contra cuatro trenes que se dirigían a Madrid desde poblaciones cercanas, causaron más de 1.500 heridos.
La ceremonia religiosa la ofició el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, y junto a él celebraron la eucaristía cerca de 30 obispos.
El máximo representante eclesiástico de la capital española, dijo a las familias de las víctimas que todos compartían con ellos "el dolor, la esperanza y la oración". "El dolor es muy grande desde aquel día negro que segó la vida de vuestros seres más queridos", dijo el cardenal, recordando que aquel fatídico día el dolor se hizo patente no sólo en Madrid, sino en toda España y el mundo entero.
"Hemos llorado juntos y no queremos dejarlos solos", afirmó Rouco Varela, quien señaló que ante el odio hay que utilizar la estrategia del amor.
Uno de los momentos más emotivos se vivió a la hora de comulgar, cuando los familiares se acercaron al altar mayor de la catedral a recibir el sacramento e inmediatamente algunos abordaron a la reina Sofía, quien se encontraba a un costado del altar, y la abrazaron, gesto que significó que la reina no pudiera contener la emoción y derramara algunas lágrimas.
Mientras se realizaba la misa, en el exterior cientos de españoles la pudieron ver en tres pantallas gigantes ubicadas en las plazas de la Armería, Oriente y Puerta del Sol, bajo una intensa lluvia. Tal como el día posterior al atentado, uno de los lemas más repetidos fue el de: "No está lloviendo, Madrid está llorando".
Al funeral asistieron, además de la familia real y el presidente del gobierno español en funciones, José María Aznar, el próximo jefe del ejecutivo, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, y miembros de su partido.
Entre los líderes internacionales presentes en el funeral estuviron los primeros ministros del Reino Unido, Tony Blair, y de Polonia, Leszek Miller, y el canciller alemán, Gerhard Schroeder.
También, los jefes de Estado de Francia, Jacques Chirac; Italia, Carlo Azeglio Ciampi; Portugal, Jorge Sampaio, y Estonia, Arnold Ruutel.
Viajaron a Madrid, además, los presidentes del Consejo Europeo, el irlandés Bertie Ahern; de la Comisión Europea, Romano Prodi, y del Parlamento Europeo, Pat Cox.
Además, asistieron a la ceremonia el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Colin Powell, y algunos miembros de las monarquías europeas, como los príncipes Carlos de Inglaterra, Alberto de Mónaco y Mulay de Marruecos. (Agencias)
