El Congreso español rechazó los Presupuestos del Estado de 2019 propuestos por el Ejecutivo socialista -que gobierna en minoría- lo que abre las puertas a un adelanto de las elecciones generales.
La Cámara pidió la devolución del proyecto del Ejecutivo por 191 votos a favor, con 158 en contra y una abstención.
Votaron en contra los conservadores del Partido Popular, los liberales de Ciudadanos y los partidos independentistas catalanes ERC y PDeCAT, mientras que los socialistas Unidos Podemos (izquierda) y los nacionalistas vascos apoyaron el proyecto presupuestario.
El rechazo podría derivar en un adelanto electoral que, en todo caso, le corresponde anunciar al presidente del gobierno actual, Pedro Sánchez.
Tras la votación, Sánchez salió del Congreso sin hacer declaraciones sobre un eventual adelanto electoral a pesar de la insistencia de los periodistas.
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, reconoció recientemente que la legislatura, se podría acortar si los Presupuestos no salen adelante en el Parlamento.
Cabe recordar que Pedro Sánchez llegó al gobierno después de ganar -por primera vez en la historia española- una moción de censura en el Congreso que puso fin al gobierno conservador de Mariano Rajoy en junio del 2018.
Cataluña en el medio
Lejos de centrarse solo en cuestiones económicas y financieras, el debate presupuestario giró en torno a asuntos políticos, fundamentalmente la situación de la región autónoma de Cataluña, gobernada por los independentistas quienes exigen que se reconozca el "derecho de autodeterminación".
El ERC y PDeCAT argumentaron que el gobierno no avanza con unas mesas de diálogo que resuelvan lo que denominan "conflicto" político en Cataluña y pidieron más inversiones estatales en esa comunidad autónoma en función de su importancia en el Producto Interior Bruto (PIB) español.
Conservadores y liberales, que exigen elecciones anticipadas, rechazaron las cuentas porque creen que están pactadas con los independentistas catalanes, aumentan el gasto público sin proponer ingresos creíbles, y llevarán a la economía española a un mayor endeudamiento.
Esta es la segunda vez que unos Presupuestos Generales del Estado son rechazados en la democracia española, ya que en 1995 el Congreso se opuso a las cuentas de 1996 del gobierno del socialista Felipe González, lo que provocó elecciones anticipadas.