Rey de España convocará a mediados de agosto a los partidos para formar Gobierno
Según la Constitución de España, a Felipe VI le corresponde proponer un candidato para que se someta a la sesión de investidura.
Según la Constitución de España, a Felipe VI le corresponde proponer un candidato para que se someta a la sesión de investidura.
Una vez celebradas las elecciones generales que han dejado una situación de bloqueo político en España, el rey Felipe VI iniciará después del 17 de agosto una ronda de consultas con los partidos para formar gobierno.
En los comicios generales españoles de este domingo, los partidos más votados, el conservador PP y el socialista PSOE, no obtuvieron la mayoría necesaria para gobernar y necesitan apoyos que parecen improbables.
Según la Constitución española, a Felipe VI le corresponde proponer un candidato para que se someta a la sesión de investidura una vez completada las reuniones con las diferentes formaciones.
La celebración de las entrevistas con los representantes de los partidos tendrá lugar después de que se constituyan el Congreso y el Senado el próximo 17 de agosto.
Lo habitual es que el monarca español cite a los partidos unas dos semanas después de que el nuevo Congreso eche a andar con la elección de su presidente y la toma de posesión de los diputados, lo que situaría la ronda a finales de agosto o principios de septiembre.
En enero de 2016, se dio una situación inédita cuando el entonces presidente del Gobierno y líder del PP Mariano Rajoy, que había obtenido 123 escaños, declinó la propuesta de Felipe VI de intentar formar gobierno, lo que obligó a otra ronda de entrevistas.
El nombre que proponga el jefe del Estado español se someterá a la sesión de investidura, que prosperará si logra mayoría absoluta.
De no alcanzarla, habrá una nueva votación 48 horas después, en la que sólo se resolverá mediante mayoría simple.
Si el candidato fracasa, el rey convocaría una nueva ronda de consultas y se abriría un plazo de dos meses para que otro candidato intentase la investidura que, de fracasar, abocaría al país a nuevas elecciones generales.